
arriba,

Cerrará este viernes 2
de septiembre. Aquí,
Mileyda nos cuenta
su experiencia
Este viernes 2 de septiembre, a las 4 pm, concluirá en el capitalino Pabellón Cuba el espacio Rampa arriba, Rampa abajo, que todos los viernes de este verano, dentro del programa Arte en La Rampa, ha llevado a la escena el Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado.
Allí el público ha tenido oportunidad de disfrutar la contralectura, una hermosa y poco conocida opción decimística, consistente en un fraterno intercambio entre poetas decimistas de la escritura y del repentismo: Los primeros, convocados por el Grupo Ala Décima, leen sus poemas. Los segundos les responden en versos improvisados. Para esta ocasión de cierre de ese espacio, por los escritores están confirmados los integrantes de la referida agrupación Isbel Díaz Torres y Pedro Péglez González.
De su experiencia personal el pasado viernes 26 de agosto, nos narra la escritora y periodista Mileyda Menéndez Dávila (ganadora del Premio Décimas para el amor Hermeides Pompa y el Premio de tema erótico en el XI concurso nacional Ala Décima 2011 con su cuaderno Diario de impúdica locura). Nos dice Mileyda en su mensaje por email:
Hermano: ¡Gracias por regalarme una tarde tan fabulosa! Tuve la suerte de que me tocaran Héctor Gutiérrez e Idalberto Montero como repentistas, y al ver que eran décimas eróticas se animaron a responderme ¡los dos!, así que para el público (muchísima gente, tal como me habías contado) fue de gran disfrute, la gente reía con la provocación y aún más con las respuestas.
A continuación, el poema en tres estrofas leído por Mileyda:
DÉCIMO CIELO
I
La ciudad duerme, lasciva:
Luciérnagas a mis pies
de antigua virgen. Después
del aura contemplativa,
cabalgo anclada en tu viva
desnudez, carne turgente,
pedernal de luz silente
que beso, engullo y domino.
Surge, al este, un tinte vino...
Al sur brota tu simiente.
II
Bajas del monte a la esencia,
al abra de tus ensueños.
Hay lujuria en tus empeños
vespertinos. Sin licencia
arrancas la inflorescencia
de su cáliz. Magnetismo
que no repara en lirismo
ni en estaciones del mes.
Besas, convocas… y el pez
salta libre de su abismo.
III
Cautivo, como un Jonás,
a veces tu cancerbero
no logra un puntal certero
o se ha lucido de más.
Pero en tu piel notarás
— cuando me acunas de vicio —
que siempre queda un resquicio
por donde escurrir mis ganas,
y mientras queden mañanas
haré que pierdas el juicio.
Además de poetisa, Mileyda (Regla, Ciudad de
Vea en nuestros archivos:
Mileyda y su extraño privilegio
Contralectura: una hermosa opción decimística
Etiquetas: décima, escritores, mujeres, poesía, repentismo