Padrón,
un Quijote
en Ala Décima
Foto: Tamara Gispert
Hay que ser un poco Quijote para recontextualizar un universo, muchas veces estableciendo con él vasos comunicantes desde otras propuestas. Eso se propuso, justamente con El ingenioso hidalgo Don Quijote de
CAPÍTULO I
Que trata de cómo Don Quijote se vuelve loco por ver thrilers y leer novelitas eróticas y de aventuras al estilo Rambo.
En un lugar de la Mancha
de cuyo nombre no quiero
acordarme, un caballero
se sumerge en avalancha
de lecturas. La cumbancha
—aquelarre de Luzbel—
le da en costales de hiel
una cuerda chifladura
y cada atisbo le augura
demonios en su vergel...,
le revuelven la dorsal
espina del heroísmo,
lo empujan sobre el abismo
al camino mundanal;
avenida, vendaval,
canícula, frenesí
lo columpian como si
fuese un chaval, un pipiolo,
caballero del gladiolo
cubierto de bocací.
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