Osvaldo Padrón:
Sobre el lomo
de los siglos

Entre los nuevos decimarios entregados por la Editorial Sanlope en la recién finalizada XVI Feria Internacional del Libro, está Sobre el lomo de los siglos, de Osvaldo de la Caridad Padrón (Ciudad de La Habana, 1955), cuaderno que mereció mención en la edición del Premio Iberoamericano Cucalambé correspondiente al 2004.

Osvaldo, actualmente director de la Editorial Extramuros, tiene varios libros publicados en los géneros de poesía y narrativa, y ha alcanzado diversos reconocimientos en certámenes nacionales e internacionales.

El libro propone una simpática recontextualización de esa obra maestra de la literatura en lengua española que es El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, a cuatro siglos de su aparición. A modo de adelanto, ofrecemos un fragmento del poema en décimas que sirve de introducción al volumen.

PRÓLOGO

Desocupado lector
y rey de tus alcabalas:
pongo aquí el pecho a las balas
como un mártir, sin rencor.
Perdóname el sinsabor
de Josafat en mil valles
errante, y cuanto te halles,
en este feto querido,
aunque te deje aterido
ruégote, pues, te lo calles.

Así comenzó a escribir
un creador del pasado
sin el sombrero callado
y sin dotes de faquir.
Como no podía dormir
rodeado de viles gentes,
decidió abrirse de mentes,
olvidando aquel depósito,
y expresarle su propósito
a sus posibles leyentes.

(…)

Las estrofas sin embargo
se le marchitaron presto
y dejó de hacer por esto
tan feliz y digno encargo,
cayó pues en un letargo,
se solía justificar,
como aquel califa Omar,
de no tener un respiro
ni conocer a un guajiro
que pudiérale escuchar.

Y así surgió una novela
de mucho renombre y gloria
que aunque atacaba a la escoria
nadie le ha dado candela.
Escribió alguna espinela...
no muchas, como se advierte
en libro de tanta suerte...
Mas él, de dicha torcida,
al no decimar en vida,
tornó a cumplirlo en la muerte.

Y esta es la Parte Tercera
del Hidalgo Don Quijote.
Cervantes, como un galeote
que escapa de la galera,
vagó y bajo una palmera
real su espíritu arcano
halló al dichoso cubano
medio escriba, medio médium,
quien no tuvo otro remédium
que oír y mover la mano.

(¿Será falta de respeto
mía decir que esta obrilla
nació de la maravilla
de Cervantes...?)
¡Eh, sujeto,
no me cambies el libreto
si no quieres que me embale
y a cada leyente dale
mis palabras en alud!:
Lector, Dios te dé salud
y a mí no me olvide.

VALE.