Nitza Núñez, Premio Nacional de Glosas

Con su poema Voces

 

Uno de los lauros otorgados en la recién concluida 52 Jornada Cucalambeana fue el Premio del Concurso Nacional de Glosas Canto alrededor del punto, homenaje de cada año al emblemático poeta Adolfo Martí Fuentes, galardón que recayó en la poetisa Nitza Núñez Valdés, nacida en 1967 en Palmarejo, rincón aledaño a la localidad de Guáimaro, provincia de Camagüey. Cursó estudios de enfermería, y desempeñó ese noble oficio durante 19 años. Desde temprana edad se inclinó por la poesía y la literatura en general. Cultiva la poesía y la narrativa, para adultos y para niños. Ingresó al Taller Literario Municipal Pablo de la Torriente Brau, de Guáimaro, en el año 2005. Sus obras han obtenido diversos reconocimientos en eventos literarios. Con su cuaderno Soliloquios, conquistó el Gran Premio del XI Concurso Décima al filo 2018, dado a conocer en el XIII Encuentro Nacional de esa agrupación de mujeres decimistas. Gracias a su fraternal colaboración y a la de nuestro hermano en poesía Diusmel Machado Estrada, ofrecemos el poema ganador de este certamen:

VOCES

 

Esta noche azorada que no cesa

de oprimirme el costado polvoriento

y este júbilo triste que presiento

van un día a romperme la cabeza.

Domingo Peña González

Un deterioro innoble me acaricia.

Las horas han caído sobre el susto.

Vengo de la amargura y el disgusto

con una soledad que no me enjuicia.

Espanté en el pasado, con pericia,

los síntomas, un martes, la certeza

de un fatídico sol, de una tristeza.

Pude hilar el silencio, pude huir…

Vuelve, ahora, (¿la puedo maldecir?)

esta noche azorada que no cesa.

El camino es rival para mis pies.

Sus curvas interrogan lo que fui

y lo que soy. Otro camino vi

de inalterable arbusto en su vejez,

de sombra con asombro, de esbeltez

si el alba nos reunía en su aposento.

Los dos se cruzan en mi desaliento,

los dos se cruzan con altivos roces,

los dos no dejan de llamarme (a voces),

de oprimirme el costado polvoriento.

Y las mudanzas del no ser acuden

con sus variables de emoción inerte.

Mi polvo en el costado es buena suerte,

los dones de la angustia no empercuden.

Autorizo el orgullo. Que saluden

mi nostalgia el hogar, lo que fermento

en la difícil luz, el monumento

que levanté, grisácea, a la ternura.

Autorizo y exhorto: lo asegura

este júbilo triste que presiento.

Cada mañana soy la prometida

de la ansiedad. Afuera hay un culpable.

Adentro hay un terror abominable,

de rostro amargo, de raíz sufrida.

Eludo el próximo traspié. Ya urdida

está la historia, en contra de mi espesa

agitación. Sigo incólume. Aviesa

es la virtud de los que me han besado.

Sé que los sueños que no me han soñado

van un día a romperme la cabeza.

MATERIAL RELACIONADO:

—52 Jornada Cucalambeana. Resumen.

—Guáimaro de fiesta en la Cucalambeana.

En este momento, se nos está permitiendo visualizar solamente las dos o tres últimas entradas, lo cual está absolutamente fuera de nuestras manos, de modo que a la recomendación que siempre hemos hecho a nuestros visitantes de atender a las informaciones recogidas en el panel derecho, añadimos la de ver el sumario —los diez textos más recientes—, en los finales de ese panel.