

Ronel
González,
entre los
exponentes
de la décima joven
Ahora que transcurren (desde el martes 3 y hasta el domingo 8) las bien llamadas fiestas del arte joven, las anuales Romerías de Mayo en la ciudad de Holguín, vale recordar el protagonismo que los poetas noveles de esa urbe y su provincia de igual nombre han tenido y tienen en el todavía palpitante proceso de revitalización de la décima escrita de Cuba, suceso literario en el que no han profundizado lo suficiente las investigaciones culturales del país. Proceso que se puede sintetizar, si se quiere solo una frase, en la equiparación de la poesía en estrofas de diez versos con la altura del discurso escritural alcanzado por la poesía en general, en otras estructuras y en todas sus tendencias, dentro del panorama literario cubano de entre siglos.
Uno de los instrumentos para tomar el pulso a esta sucesión creativa han sido los certámenes, y entre ellos, con particular destaque, el Premio Cucalambé, tanto en su etapa nacional hasta el año 1999, como en su etapa de carácter iberoamericano, desde el año siguiente y hasta la actualidad. En la primera, dos jóvenes holguineros, con solo 24 años, llamaron la atención sobre la salud del movimiento en su territorio, al conquistar el referido lauro en 1995 con un poemario a dos manos: El mundo tiene la razón. Fueron Ronel González Sánchez y José Luis Serrano Serrano, ambos nacidos en 1971. Sobre ese instante alumbrador ofrece sus pareceres, temprana y atinadamente, el poeta y estudioso de la décima Waldo González López, en su ensayo Tres promociones alrededor del punto, incorporado luego a su libro La décima dice más (Editorial El Mar y
La irrupción holguinera en el Premio Nacional Cucalambé —antes mayoreado por poetas tuneros y habaneros— no se quedó ahí. Al año siguiente, 1996, otro autor de esa provincia, joven aunque no tanto como los anteriores, mereció el galardón: Agustín Serrano Santiesteban (1958), con su poemario Sitios de la voz. Y tres ediciones del concurso más adelante, en 1999, un novel escritor de 22 años conquistaba su lugar cimero: Yunior Felipe Figueroa (1977).
La etapa iberoamericana de ese concurso ha sido testigo de la confirmación de esa posición de avanzada. En su segunda edición (2001) el Premio fue a manos de José Luis Serrano por su Examen de fe, y Ronel González lo alcanzó en el 2006 con Atormentado de sentido. Para una hermenéutica de la metadécima, volumen que evidencia la condición de narrador y ensayista de este poeta.
En los años más recientes, estas honduras poéticas las vienen corroborando otros escritores decimistas holguineros —Kiuder Yero (1977) y la muy joven Elizabeth Reinosa (1988)— en diversos topes literarios, entre otros, Ala Décima y Regino Pedroso. Ello puede comprobarse en la ampliación informativa que se ofrece al final. Pero con todo, los adelantados de esa eclosión de la poesía escrita en estrofas de diez versos por autores de esta nororiental provincia de Cuba son Ronel, José Luis y Agustín, quienes, para feliz añadidura, han mantenido el paso en sus respectivas obras creativas, dentro de la décima y también fuera de ella.
A Ronel González Sánchez hay que agradecerle, además, su labor de investigación, compilación y análisis. De su cosecha es por ejemplo Árbol de la esperanza, antología de décimas hispanoamericanas, publicada por
De su libro Atormentado de sentido…, Premio Iberoamericano Cucalambé 2006, es esta estrofa del poema que da título al libro:
El poeta de hoy siembra fronteras
que transmutan la hybris en pastiche
y el crítico en la rima ve un fetiche
donde ya no susurran las esferas.
¡Nuevas estrofas para nuevas eras!
—proclaman adversarios de lo retro—.
La estanza, ciertamente, no es un cetro
que el poema total a erigir vaya,
pero, aunque inventen otra ciencia gaya,
a nadie extrañará que vuelva el metro.
Del propio poemario, vea los siguientes textos en nuestros archivos:
-Testimonios del cómplice
-Anagnórisis
-Monólogo de la víctima…
-¿Qué hago yo aquí?
-Nueva estación
-Réquiem
-Lo peor para un poeta…
-¿Ahora dirán que soy neomodernista?
Acercamientos a su obra poética desde el exterior pueden verse en los sitios Arco y espuela, de Guillermo Aldaya, y Laberinto del Torogoz y Arte poética, ambos de André Cruchaga.
OTROS DESTACADOS ESCRITORES
DECIMISTAS DE ESTA PROVINCIA:
JOSÉ LUIS SERRANO SERRANO (1971). Premio Nacional Cucalambé 1995 por su libro El mundo tiene la razón, en coautoría con Ronel. Premio Iberoamericano Cucalambé 2001 con su volumen Examen de fe. Ha publicado otros poemarios como Aneurisma (Premio Nacional Fundación de
AGUSTÍN SERRANO SANTIESTEBAN (1958). Premio Nacional Cucalambé 1996 con su libro Sitios de la voz, publicado por la Editorial Sanlope al año siguiente. Tiene otros volúmenes en letra impresa y reconocimientos por su obra literaria en varios certámenes. En el 2006 mereció el Premio Ala Décima en el concurso nacional de poesía Regino Pedroso, por su obra A corazón abierto. En el 2010 conquistó el tercer lugar en el II concurso internacional de poesía El mundo lleva alas.
YUNIOR FELIPE FIGUEROA (1977). Premio Nacional Cucalambé 1999 por su libro Con esta leve oscilación del péndulo, publicado por la Editorial Sanlope en el
KIUDER YERO TORRES (1977) Por su obra literaria, tanto en poesía como en narrativa, ha merecido numerosos lauros, entre ellos el Premio Célida Cortina, al mejor texto de tema comunitario en el VII concurso nacional Ala Décima (2007) y Premio Ala Décima en el XIV concurso nacional de poesía Regino Pedroso (2010). Ediciones
ELIZABETH REINOSA ALIAGA (1988). Actualmente estudia en
MÍRIAM PEÑA LEYVA (1956). Poetisa, narradora y activa promotora cultural. En el patio de su casa, en la localidad holguinera de Velasco, fundó y dirige
CON ESTE ENLACE, GANADORES DEL PREMIO IBEROAMERICANO CUCALAMBÉ EN LOS AÑOS 2000 AL 2008
EN NUESTRA SECCIÓN CUCALAMBÉ, VEA ÍNTEGRAMENTE ESTOS LIBROS GANADORES DEL PREMIO IBEROAMERICANO CUCALAMBÉ:
(In)vocación por el paria, de Pedro Péglez González (2000).
Examen de fe, de José Luis Serrano (2001).
Otra vez la nave de los locos, de María de las Nieves Morales (2002).
Cántaro inverso, de Pedro Péglez González (2004).
Toque de queda, de Carlos Esquivel (2005).
Atormentado de sentido, de Ronel González (2006).
Bitácora de la tristeza, de Alexander Besú (2007).
Los Césares perdidos, de Odalys Leyva (2008).
Etiquetas: Cucalambé, décima, escritores, Holguín, jóvenes, libros, poesía, premios
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