Mileyda
y sus Glosas
de espejo
y réplica

Vuelve Mileyda, destacada colaboradora del Grupo Ala Décima, en el municipio capitalino de Regla, donde reside. Mileyda Menéndez Dávila (Ciudad de La Habana, 1968) es integrante del colectivo periodístico del periódico Juventud Rebelde, donde atiende con acierto el espacio dedicado a la sexualidad. Ingeniera, maestra de primaria, periodista. De todo un poco, pero siempre poetisa. Se aprecia en su reciente participación en la columna de lectores de la sección La tecla ocurrente, creada por el recién desaparecido físicamente Guillermo Cabrera Álvarez para el periódico Juventud Rebelde, los cuales ascendieron hasta Llanos del infierno, en la Sierra Maestra, para honrar al Che en el aniversario 50 de su ascenso a Comandante, y también para rendir tributo a nuestro hermano Guille. Mileyda no sólo fue protagonista de ese homenaje, sino que también dio testimonio de él, junto a otros periodistas, en un reportaje que da respuesta a la pregunta ¿Cómo acompaña el Che a los jóvenes cubanos?, publicado en ese órgano de prensa de la juventud cubana. Los invitamos a leerlo, y también los invitamos a la fiesta de los versos de Mileyda:

GLOSAS DE ESPEJO Y RÉPLICA

Espejo y réplica de cuanto fui
ha de ser mi heredero en esta vida.
Le encomiendo mi voz desfallecida
mi pabellón de luz, mi frenesí.
Y que Borges perdoné si viví
a través de sus aguas otra sed…
Mi hijo es mi mañana: a su merced
yo me doy sin reparos, me humedezco,
y su marmórea fuente yo le ofrezco
a quien sepa medirlo, como usted.

Y aún le pido perdón por disentir
del poeta y su aire desdichado:
Nada es definitivo y despiadado
si se aprende en el alba a revivir
porque si una ilusión se empieza a ir
es que se va quedando de algún modo:
En un rastro de sol, en el recodo
del delirio que anuncia el cruel espejo…
Basta esconderse al borde del reflejo
hasta verle surgir del sucio lodo.

Borges debió saberlo… usted también:
La mar une, no aleja a quien desea,
ella es puente infinito, no presea
para colgar del cuello. Una o cien,
no importan las agujas, si ve bien
el ojo que se ha vuelto alfiletero.
Pueden clavar más penas, que yo espero
a que mi suerte encuentre en la maleza
del inicuo vacío otra gran pieza
para la colección de mi heredero.

Para comunicar con la autora vía email: mileyda@jrebelde.cip.cu