Resultados del IV concurso Caridad Pineda

Desde Santiago de Cuba

Ya se efectuó la premiación del IV Concurso Caridad Pineda in memóriam por la promoción de la lectura, convocado por el Comité Provincial de la Uneac, con la colaboración de la Asociación Cubana de Bibliotecarios (Ascubi), la emisora Radio Siboney y el Proyecto Claustrofobias.

Todos los detalles aparecen en el blog La isla y la espina, del hermano poeta Reinaldo Cedeño. Damos aquí un adelanto de los resultados de este certamen que rinde homenaje a la consagrada educadora santiaguera Caridad Pineda Anglada.

El Gran Premio de esta cita competitiva fue para el texto Rudyard  Kipling. Los libros son manantiales, de Pedro Manuel Calzada Ajete, de La Habana. Puede verlo en el siguiente link: http://laislaylaespina.blogspot.com/2015/09/rudyard-kipling-los-libros-son.html

El Premio del Capítulo Internacional correspondió a la obra A los niños que fuimos, somos y seremos, de la joven escritora Yarimar Marrero Rodríguez, de Guaynabo, Puerto Rico, texto en que la autora nos acerca a una lectura primigenia como El Principito. Puede verlo en: http://laislaylaespina.blogspot.com/2015/09/a-los-ninos-que-fuimos-somos-y-seremos_11.html

Vea los restantes lauros, todos los detalles, fotos, acta del jurado, etc, en: http://laislaylaespina.blogspot.com/2015/09/con-fotos-premios-del-iv-concurso.html

Caridad Pineda Anglada (1933-2012) fue una insigne educadora santiaguera, poeta natural y tenaz defensora del hábito de la lectura, desde las aulas, las bibliotecas y la comunidad. En su blog Entre mariposa y caña dio fe de su vocación por la poesía en estrofas de diez versos. De ese espacio, nuestro sitio reprodujo su intercambio con la poeta chilena Bárbara Calderón, su poema Fantasía de amor, y una reseña sobre su participación en la Peña Minerva, tomada del blog La isla y la espina, del fraterno periodista y poeta Reinaldo Cedeño, hijo de Caridad. De ella es esta décima:

SENECTUD

 

Miro mis manos rugosas
cual hojas envejecidas,
están mustias, no dormidas
siempre activas y afanosas,
si recuerdo una piel rosa
hay tristeza, no amargura
el ánimo ya me augura
que vuela la juventud
y llega la senectud
tan de prisa, que es tortura.

En la foto, Caridad junto a su hijo Reinaldo.