Cuba Ala Décima

Sitio del Grupo Ala Décima. Director: Pedro Péglez González. Subdirectores: Modesto Caballero Ramos y Karel Leyva Ferrer. Corresponsales: Miembros y colaboradores del Grupo Ala Décima. Asistencia técnica: Belkis Amión. Biblioteca Ala Décima: Arístides Valdés Guillermo. Página Facebook: Alejandro González Bermúdez. (Visualización más aceptable por el navegador Mozilla Firefox)

jueves, mayo 31, 2007





Odalys Leyva
y su Décima al filo

Una de las más destacadas escritoras de décimas de nuestro país preside el Grupo de poetisas Décima al filo, que desde hoy celebra su tercer encuentro nacional en Guáimaro, Camagüey

Foto: Tamara Gispert


El grupo Décima al filo, compuesto por escritoras, repentistas, investigadoras, tonadistas, intérpretes de música tradicional e investigadoras de la décima, inicia hoy en Guáimaro su tercer encuentro nacional, el cual se extenderá hasta el domingo 3 de junio. La agrupación cuenta actualmente con 156 miembros de Cuba, Puerto Rico, Perú, México, España y Alemania, todas aunadas alrededor de la décima.

Su fundadora y presidenta, Odalys Leyva Rosabal, nació en Jobabo, Las Tunas, en 1969, y radica en Guáimaro desde niña. Poetisa, narradora, investigadora y antóloga, ha obtenido importantes galardones en concursos y eventos literarios provinciales, nacionales e internacionales, entre ellos el Premio Décima Joven de Cuba 2003, el Premio Ala Décima 2004 y segundo premio en el Iberoamericano Cucalambé del 2005 y 2006.

Tiene publicados los libros Ciudad para Giselle (Editorial Sanlope, 2005); Meditación del cuerpo (Editorial Àcana, 2005); dos antologías personales de su obra poética por el Frente de Afirmación Hispanista: Arquetipos oral-traumáticos y cósmicos en las décimas de Odalys Leyva (México, 2005) y Arquetipos oral-traumáticos en la poesía de Odalys Leyva (México, 2005); Crónicas de las pirámides del fuego (México, 2006); Presagio que intimida las raíces (México, 2006), Convicta de la gloria, (Ediciones Holguín, 2007); y Antología tanática de la décima en Cuba (Frente de Afirmación Hispanista, México, 2007).

En este mes de mayo, Odalys ingresó al Grupo Ala Décima. Ofrecemos un breve fragmento de uno de sus poemas en décimas:

LA LIRA DE
ORFEO

La música no es el solo camino, que en los mortales, hace vibrar los rituales sin la sonrisa de Apolo. Nadie piense que me inmolo por desazón de mi lira, es que sufro de la ira que ha maldecido mi boda; la víbora se acomoda y produce la mentira. Ha puesto su cruel veneno en Eurídice, que muere como una trampa que infiere el Hades. Provoco un trueno y sufro, me envisto al heno, he de ir al subterráneo mundo, que es el sucedáneo capricho de mi premura. Su dios es otra tortura que divaga sobre el cráneo de mi alocada cabeza. Pongo música ¿quién sabe si me ha de servir de llave para el ángel que me besa?

Para comunicar con la autora vía email: mguaimaro@pprincipe.cult.cu

miércoles, mayo 30, 2007




Décima al filo,
en Guáimaro,
desde mañana

El grupo de poetisas Décima al filo, que preside Odalys Leyva Rosabal —también miembro del Grupo Ala Décima—, celebrará su tercer encuentro nacional a partir de mañana jueves 31 y hasta el domingo 3 de junio, en la ciudad de Guáimaro, Camagüey, bajo el auspicio de la Dirección Municipal de Cultura y las instituciones culturales de ese territorio, así como entidades de otras provincias: la Casa Iberoamericana de la Décima El Cucalambé, de Las Tunas, la Casa de Iberoamérica de Holguín, la revista literaria A contraluz, de Bayamo, Granma, y el Grupo Ala Décima, del cual acudirá una delegación integrada por sus miembros Modesto Caballero, poeta y vicepresidente de la agrupación, y Tamara Gispert, fotógrafa.

En el evento, que cuenta además con el respaldo del Frente de Afirmación Hispanista de México, participarán poetas —entre ellos, varios galardonados con el Premio Iberoamericano Cucalambé como José Luis Serrano, Carlos Esquivel y Ronel González— y creadores de otras disciplinas, procedentes de todo el país, en un programa que prevé lecturas de textos poéticos, presentaciones de libros, sesiones teóricas, espectáculos danzarios y musicales, exposiciones de artes plásticas y actividades para niños, todas las cuales se extenderán a la población, tanto en espacios públicos como en escuelas y centros de trabajo.

Entre los objetivos principales de la cita y del grupo Décima al filo, según sus documentos rectores, está “defender y exaltar la décima, teniendo en cuenta nuestras raíces culturales. Demostrar que en nuestro país no existe disparidad de género y que ambos sexos unidos defienden la estrofa que Juan de Malara, Vicente Espinel, Lope de Vega, en el Siglo de Oro Español, hicieron brillar junto a las más altas voces peninsulares, y que luego Juan Cristóbal Nápoles Fajardo adornó con el verde de nuestra patria y José Fornaris le dio el abrazo cálido cubano. Imposible olvidar que Gertrudis Gómez de Avellaneda, Emilio Ballagas y nuestro poeta nacional Nicolás Guillén, camagüeyanos, vibraron con la décima en cada sueño de nuestras calles empedradas”.

Desde el 2003 el grupo Décima al filo ha realizado estos encuentros con carácter bienal, que sirven además de escenario a la premiación de su concurso de décima escrita para poetisas, cuyo Gran Premio recayó en la primera edición en la holguinera Yordanka Haramboures, mientras en el 2005 fue alcanzado por la villaclareña Caridad González. Desde aquella segunda edición el Grupo Ala Décima entrega en este certamen un premio al mejor cuaderno de autora joven, lauro que en el 2005 mereció la tunera Ana Rosa Díaz Naranjo.

A la premiación de este año, prevista en el programa para la noche del sábado 2, se añadirá la entrega de galardones del VII concurso nacional Ala Décima, pendientes desde la ceremonia efectuada en Alamar, Ciudad de La Habana, el pasado 19 de marzo.

Guáimaro, se abre la puerta
y teje el viento su alfombra
para el canto que te nombra
un sueño que se despierta.
Entran a tu casa abierta
todas las voces del día.
Guáimaro, la poesía
se empina hasta el frenesí
cuando florece de ti
un árbol de melodía.

Para más información sobre este encuentro comunicarse con Odalys Leyva mediante la dirección email:
mguaimaro@pprincipe.cult.cu



De Herbert
Toranzo:
Película olvidada
por Fellini

Foto: Yoel Farramola

Ganador del tercer premio en la recién premiada oncena edición del concurso Regino Pedroso por su poema en versos libres Circunstancias que ayudan y todo eso, Herbert Toranzo Falcón (Ciego de Ávila, 1972) es un poeta de todos los registros y como tal cultiva también la poesía en décimas.

Herbert es Licenciado en Lengua y Literatura Inglesas en la Universidad Central de Las Villas (1995) y graduado del quinto curso de técnicas narrativas del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Tanto en narrativa como en poesía ha merecido varios premios. Ha publicado los poemarios Puente sobre el Estigia (Ediciones Ávila, 2002) y Poemas casi humanos (Editora Abril, 2006). Presentamos una muestra de su creación decimística.

PELÍCULA OLVIDADA POR FELLINI

Toma uno: la mujer
canta un himno de Beethoven
(primer plano de su joven
rostro en el amanecer).
Toma dos: quiero saber
qué extraño azul me despierta
(close-up de mi mano abierta,
mi mano absurda y tendida).
Toma tres: la despedida
(dolly-back desde la puerta).

Toma cuatro: me desprendo
del que fui, del que se inmola
(travelling de un alma sola
cruzando el mar, el estruendo).
Toma cinco: mujer siendo
pintada sin rostro alguno.
Sueño afable, inoportuno
(vida en plano general).
Corten, ha salido mal.
Otra mujer: toma uno.

martes, mayo 29, 2007



Se presentará
poemario de
Luisa Oneida Landín
en XII Festival Internacional
de Poesía de La Habana

La cita será pasado mañana jueves 31

Foto: Tamara Gispert

El poemario Muchacha que baila sobre mis papeles, de Luisa Oneida Landín Ramos (La Habana, 1951), publicado este año por Amarillo Editores, de Ciudad México —con edición de la poetisa Mónica Soto Icaza—, será presentado pasado mañana jueves a las 4 pm, en el encuentro de escritores latinoamericanos que, como parte del programa del XII Festival Internacional de Poesía de La Habana, tendrá lugar en la Biblioteca Cuba-México de la librería Ateneo Cervantes, sita en Obispo y Bernaza, La Habana Vieja. La conducción de esta tertulia estará a cargo del poeta Ramón Elías Lafita.

Luisa Oneida alcanzó recientemente el Premio del Consejo Nacional de Casas de Cultura en el XI concurso nacional de poesía Regino Pedroso por su poema en versos libres Ritual de la hormiga, y el Premio Ala Décima 2007 por su decimario Muchacha que baila sobre mis papeles II, el cual amplía el tema del poema en décimas que da título al nuevo libro, cuyo prólogo ofrecemos a continuación. (Ambas versiones de Muchacha… pueden ser encontradas en los archivos de nuestra página, mediante el buscador que aparece en el encabezado).


PÓRTICO PARA UNA ORACIÓN

Un oratorio es este libro. De él asciende una oración a través del dolor. Desde el dolor por la pérdida y a través de él, porque el sufrimiento no se mitiga con su decurso, sino se eleva con la invocación, quién sabe a qué o a quién, hacia planos más sublimes y paradójicamente más hondos.

…aquí están llenas todas las palabras… Dice la voz que clama, voz de genuinas feminidad y maternidad desconsoladas, sin estridencias que enturbien su verosimilitud ni manipulaciones sentimentales que empañen su legitimidad. Honradez absoluta de la pena hay en estos versos que son en definitiva como un solo poema que nos recuerda, en la demostración de la intensidad posible de la angustia, la confesión del grande de Santiago de Chuco: Hoy sufro solamente, cuando advierte, por cierto, que va a hablar de la esperanza.

No se piense, sin embargo, que la oración es sólo por la pérdida propia. Si se la acompaña bien en su raíz, esta evocación transida de pesadumbre puede ser también una oración por todas las pérdidas, por todas las faltas, por todas las ausencias. Tanta es su honestidad y su entereza. Aquí, mediante el clamor poético, la tristeza se exorciza al menos de su individualidad y se coloca en un sitial más elevado, humanamente más cerca de la unanimidad.

Sí, aquí están llenas todas las palabras, y el sujeto lírico lo afirma y confirma con ello la confesión de que esa plenitud verbal es un peso enorme para el ánima, al tiempo que proclama su necesidad vital de continuar llevando con dignidad y valor, y hasta con una buena dosis de misticismo, ese precioso fardo.

De lo que se trata entonces es de saber, cada quien que se asome a tan dolientes versos, si se entra al oratorio por la mera compasión que quien ora no inspira ni requiere, o se acude en la búsqueda de nuevas estaciones del espíritu que, a través de la enaltecedora complicidad en el dolor, nos haga más humanos.

Pedro Péglez González
Ciudad de La Habana, julio del 2006.

Para comunicarse con la autora: oneida@ocentral.minaz.cu

Visite el sitio web de Amarillo Editores

lunes, mayo 28, 2007


Entregados los premios
de poesía Regino Pedroso

Los premiados presentes en el acto. De izquierda a derecha: Madeline Pedroza, primer premio; Herbert Toranzo, tercer premio; Natacha Ortega, mención; Amílcar Rodríguez, mención; Agustín Serrano, premio del Grupo Ala Décima; Julio César Sánchez, mención; Alberto Curbelo, premio extraordinario.


Condensado del peri
ódico Trabajadores
Por Yimel Díaz Malmierca
Fotos: Yoel Farramola

Finalmente, luego de imprevistos de todo tipo, tuvo lugar la premiación de la XI edición del Concurso Nacional de Poesía Regino Pedroso, evento que cada año convocan el semanario Trabajadores, el Instituto Cubano del Libro y la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), en coordinación con el Centro Nacional de Casas de Cultura.

Tal como afirmó en la ceremonia el promotor y coordinador del concurso, Jorge Rivas Rodríguez, periodista y jefe de la redacción cultural de este semanario, la cita tiene el propósito de estimular la creación literaria en “recordación del hombre-poeta o poeta-hombre que se adelantó en el tiempo y con gran esperanza en la humanidad y el porvenir, supo alzarse como la más auténtica voz lírica de los trabajadores cubanos”.

Maria del Carmen Machado, miembro del Secretariado Nacional de la CTC, hizo extensivo el reconocimiento a todos aquellos que se interesaron en enviar sus poemas, entendidos “como expresión no sólo del interés y respeto que motiva la figura de Regino Pedroso, sino también de la alta valoración que hicieron de este certamen”.

La premisa de Regino Pedroso de que “creemos en la bondad del arte como manifestación suprema de la belleza; pero solo comprendemos y justificamos su utilidad y su razón de eternidad, cuando tiende a reflejar e interpretar angustias, ensueños, anhelos e inquietudes de grandes conjuntos humanos”, ha prevalecido en el espíritu de este concurso, y en la mayoría de los textos remitidos a esta convocatoria, dedicada además a saludar el aniversario 80 del natalicio del Comandante en Jefe, efeméride a la cual la CTC dedicó su premio extraordinario.

En esta convocatoria participaron unos 400 profesionales y aficionados con unas mil 200 obras que fueron evaluadas por un jurado presidido por la prestigiosa poetisa, escritora, crítica de arte y profesora titular, Juana García Abás, Premio de Poesía Nicolás Guillén 2006, e integrado por los críticos literarios y poetas Waldo González López, también periodista, y Daniel Díaz Mantilla. La preselección de los textos estuvo a cargo del poeta, crítico y periodista Pedro Péglez González, Premio Iberoamericano de Décima en dos ocasiones.

Regino nunca imaginó que su fecunda obra sería motivo para un concurso literario gestado desde la redacción de un periódico; pero su esposa, Petra Ballagas, ya fallecida, y ahora su hija, Juanita, quien también participó en la ceremonia, fueron parte del empeño. Por eso la visita a la tumba, donde en común reposan los restos del bardo y su compañera, figura en el programa de premiación. Tal como lo desearon, al primero le llevan flores y a la segunda, aguardiente.

A partir de ahora Madeline Pedroza Lombana, primer lugar; Kimany Ramos Rodríguez, segundo; Herbert Toranzo Falcón, tercero; Luisa Oneida Landín Ramos, premio del Consejo Nacional de Casas de Cultura y Agustín Serrano Santiesteban, premio del Grupo Ala Décima, deberán esperar al menos dos años para competir nuevamente; no así las menciones Natacha Santiago, Jesús Sama, Amílcar Rodríguez y Julio César Sánchez, quienes desde ya fueron invitados, junto a nuestros lectores, a participar en la duodécima edición.

domingo, mayo 27, 2007






Agustín Serrano:
voz
que viene de sus sitios


Foto: Mayra Hernández

En la recién premiada oncena edición del concurso nacional de poesía Regino Pedroso, mereció el premio especial del Grupo Ala Décima el poeta holguinero Agustín Serrano Santiesteban, por su poema A corazón abierto, que ya publicamos en esta página a principios de mayo, reseña que puede ser localizada escribiendo el nombre de este autor en el buscador de Google que aparece en el extremo superior izquierdo de nuestro blog.

Ahora ofrecemos un comentario sobre su decimario Sitios de la voz, con el cual Agustín alcanzó el Premio Cucalambé en 1996. Este comentario forma parte del libro El drama del iceberg. Los premios Cucalambé en la ruta de los 90, cuyo texto íntegro puede encontrar en nuestra sección DECIMACONTEXTO.


VOZ QUE VIENE DE SUS SITIOS

Para quienes han seguido con atención el movimiento renovador que ha experimentado en los últimos años la décima escrita del país, no cabe duda de que en ese proceso ha desempeñado un notable papel promocional el concurso nacional Cucalambé.

A resultas de ese certamen han sido publicados libros como Robinson Crusoe vuelve a salvarse (de los habaneros Alexis Díaz Pimienta y David Mitrani, premio en 1993) y El mundo tiene la razón (escrito a dos manos por Ronel González y José Luis Serrano, de Holguín, y premiado en 1995), por sólo citar dos ejemplos donde a la riqueza de un discurso elevado se unen importantes audacias formales, sin menoscabo de la estructura de la estrofa clásica.

Un nuevo aporte ofrece Sitios de la voz, merecedor del galardón en 1996, bajo la firma de Agustín Serrano (Velazco, Holguín, 1958), que atesoraba ya un premio en el concurso Vicente Espinel (1995), menciones en otras lizas literarias, poemas publicados en revistas locales y nacionales, y su inclusión en la antología Poetas del mediodía (Editorial Sanlope, 1995).

No está en el atrevimiento formal precisamente el encanto particular de Sitios de la voz, sino en el discurso a un tiempo elegante, agudo y descubridor que obra el hallazgo de la visión nueva en el residuario de los orígenes rurales, tamizados por el tiempo y recompuesto con ribetes otros en la memoria cargada de nostalgia y angustias por los años irrecuperables: El tiempo su enredadera/ que me ahoga Pierdo el alba;/ grito pero nadie salva/ mis recuerdos de la hoguera.

No de balde el vocablo-núcleo del título, sitios, que en su doble acepción (lugar y casa de campo) metafóricamente empleado aquí, parece revelar (¿o confesar?) la fuente campesina donde bebió la infancia del poeta.

Pero si esa fidelidad raigal trasciende del patrimonio personal que maneja, más curiosa quizá es la herencia que se aprecia en la propia factura de su decir: Hay limpidez de arroyo y frescura de follaje en estos versos, al tiempo que permiten intuir una apropiación visceral de la mejor poesía contemporánea, para desembocar en un conjunto orgánico y auténtico, de madura serenidad de lago que no resiste estridencias. Léase a propósito su décima Réquiem, donde el fuego hogareño —sagrada institución de la casa campesina— asume un protagonismo poético en la relación entre lo ido e irrecuperable, y lo nuevo que lo reemplaza:

La casa es una pradera
donde se queman los sueños;
el viejo fogón los leños
de mi niñez incinera.
Quedó atrás la primavera
de inocente fantasía.
El tiempo en su travesía
enciende la adolescencia
y una leve transparencia
susurra en la lejanía.

sábado, mayo 26, 2007

Desde Veracruz, México

Celebrado XIII encuentro de decimeros

Recientemente se desarrolló el XIII Encuentro de la Décima en la Finca Martha Elena, Veracruz, México, organizado por Nicolás García Flores, decimista y promotor de la décima. En este paradisíaco lugar han sido recibidos decimistas de Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Uruguay, Argentina, Panamá, entre otros; y muchos creadores de nuestra isla que han sido invitados a estos encuentros.

Hablar de los encuentros en la Finca Martha Elena es hablar de cultura popular, hermanamientos, abrazos poéticos entre decimistas de varios lugares de México y el mundo, por lo que es un lugar conocido que ha contribuido al desarrollo de la estrofa.

En este XIII Encuentro de la Décima de la Finca Martha Elena, participaron alrededor de 350 personas de pueblos cercanos al lugar y contó con la presencia de 28 jaraneros y decimeros del estado de Veracruz, el Cónsul de Cuba en Veracruz, Alcides de la Rosa, así como otros funcionarios consulares de Panamá y Guatemala; un grupo de músicos cubanos y el escritor Alberto Peraza Ceballos, de quien se presentó el poemario en décimas Sobornos clandestinos (y otras utopías). (Reportaron: Alberto Ceballos y Pablo Gómez Gamboa)

A LA FINCA MARTHA ELENA

(Diez años después)

A qué paz trae el sendero,
a qué luz de canto verde:
surco de agua que se pierde
con un rumbo de
aguacero.

Quise a ti llegar primero

pero estabas habitada,
como si una llamarada
sembrara fértiles manos
y una cosecha de hermanos
me naciera
en tu mirada.

Alberto Peraza Ceballos

Desde Matanzas

Premio literario Fundación
de la Ciu
dad

El Centro de Promoción Literaria José Jacinto Milanés y Ediciones Matanzas, con el auspicio del Centro Provincial del Libro y la Literatura, la Dirección Provincial de Cultura y las autoridades gubernamentales de la ciudad y la provincia de Matanzas convocan a la primera edición de este premio, en los géneros de poesía, novela y ensayo y cuyo plazo de admisión vence el 31 de julio. Matanzas es tierra de fuerte tradición decimística, con destacadas figuras en el cultivo de la poesía concebida en la estrofa de diez versos, tanto en su variante oral improvisada como en su variante escrita. Vea texto completo de las bases de este nuevo certamen en nuestra sección DECIMACONVOCA.

viernes, mayo 25, 2007




La feliz rapsodia
de Felicia


Por Waldo González López

Laureado con el Premio Regino E. Boti 2003 (por un jurado integrado no precisamente por poetas-decimistas y presidido por Lourdes González, con Nelson Simón y Katia Gutiérrez, quienes escriben estas estrofas solo en ocasiones), el decimario Rapsodia en A Menor (Editorial El Mar y la Montaña, Guantánamo, 2004), posee varias virtudes.

Ante todo, constituye otra prueba irrefutable del talento y la calidad literario/poética de Felicia Hernández Lorenzo (Güines, La Habana, 1957), quien en 1990 asombrara a no pocos advertidos por sus décimas de Con irreverencia y gratitud, gracias a las que se insertaba en el ya entonces amplio grupo de autores y autoras de la segunda de las tres promociones, calificadas como decisivas en el desarrollo de la estrofa por este poeta y crítico: las de los 70, los 80 y los 90.

Humilde cuaderno por su factura, pero de valía por su contenido, Con irreverencia… sería publicado por las desaparecidas ediciones habaneras de La Puerta de Papel, en 1991. Allí ya se veían aspectos que conformarían su poética que en este segundo volumen se han acrecentando en calidad y cantidad, si bien Felicia opta por la brevedad de sus volúmenes.

Dividido en siete secciones, Rapsodia en A menor —desde la dedicatoria del volumen a uno de los primeros innovadores de la décima a partir de 1971: Adolfo Martí Fuentes—, dispone de los principales presupuestos estéticos que ya traía Felicia en su primera salida al mundo: válida asunción de un discurso cultural, abordaje acorde con la modernidad necesaria en la estrofa, lúcida voluntad de desenfado y sentido heurístico, toda vez que la autora es sabedora de la utilidad del humor.

En la décima inicial (Obertura), de este segundo volumen, ello se corrobora: aún sigo irreverente sigo / a medio andar la línea de la vida / la palabra se vierte agradecida / en el quehacer que afirmo y contradigo // si digo diego donde dije digo / si pude decir digo y dije diego / cargo con el revés y con mi ego // sobre el tapiz en verde alucinante / quiero toda la gloria de un instante // hagan juego señores hagan juego

Como era de esperar, el lirismo está presente en su poesía/décima, una prueba de lo cual es Talismán, donde se vale de un epígrafe del poeta matancero Fernando García: Me llega tu voz, murmullo / de levedad misteriosa / (en el jarrón una rosa / aún evoca el olor tuyo). // Ante esa voz, el orgullo / no cuenta ya: desvanece / cuando en la palabra crece / nuestro lento desafío / de ternuras y es un río / de luz donde me amanece.

La plástica toma parte de su discurso, y es uno de los pivotes de su libro. De ahí la inserción de textos dedicados a pintores cubanos: Víctor Manuel (Gitana tropical) y extranjeros: Fragonard (La inspiración), El Greco (El caballero de la mano de pecho), Goya (Las Majas) y Vermeer (La lechera).

Y como no podían faltar la poesía y la música en una poetisa cubana que ama la décima, Felicia, desde su perspectiva contemporánea, opta de muy buena gana por poetas (Serafina Núñez en Fons Rivi), compositores y canciones de otros lares, con citas/préstamos que, a un tiempo, resultan homenajes a autores/trovadores de Latinoamérica (Sencillamente para Violeta Parra, donde incluye un verso de la clásica canción Lo feo, de Teresita Fernández), España: Joan Manuel Serrat (Finale maestoso) y, por supuesto, Cuba.

He ahí sus hermosos homenajes a El Bárbaro del Ritmo y, en ¿El cantar de los pesares?, dispersos en una lectura posmoderna de iconos internacionales, Rita Montaner y Bola de Nieve entremezclados con Beethoven, John Lennon, Víctor Jara…

El amor filial (Hacia la luz) y el erotismo tampoco podían faltar en esta atractiva Rapsodia en A Menor, cuyas décimas Al oeste del Jordán asumen con lucidez el segundo de los temas mencionados. Pero están también la ironía, la nostalgia y otros componentes enriquecedores de su verso, con el que seduce al lector por su contemporaneidad. Y esto es otra prueba irrebatible de la avanzada que se produce, desde décadas atrás, en la décima cubana, la más rica y variada de Hispanoamérica.

Con ello, además, se da un mentís a los ¿poetas, críticos, ensayistas? que aún desconocen la altísima calidad alcanzada por la estrofa en nuestro país, sobre todo por la última de las promociones (la de los ’90), si bien en las anteriores hay muy buenos ejemplos, como la poetisa-decimista güinera.

Con Rapsodia en A menor, ganan la décima cubana, la Editorial El Mar y la Montaña y, por supuesto, Felicia Hernández Lorenzo, quien continúa con este atendible volumen su ascendente camino en la poesía y, en particular, la décima.

Concurso Principito
de literatura
para niños
cierra el 15 de agosto

El Centro Provincial del Libro y la Literatura y el Centro de Promoción y Desarrollo de la Literatura con el auspicio del Comité Provincial de la UNEAC en Las Tunas convocan al concurso nacional de literatura para niños Principito 2007, en los géneros de poesía y cuento y con fecha de cierre 15 de agosto. Vea el texto completo de la convocatoria en nuestra sección DECIMACONVOCA.

miércoles, mayo 23, 2007




La décima en
Manuel Navarro Luna




Por Waldo González López


¿A qué poeta-decimista cubano contemporáneo no le resuena el acento del grande Antonio Machado en esta décima?

Soñar es andar. Soñar
puede cualquier peregrino.
Pero hay que tener camino
para poder caminar.
Más que los pies para andar
y los ojos para ver,
lo que hace falta tener
es camino, duro o blando,
para poder ir cantando
hacia el nuevo amanecer.

(Soñar es andar)

Claro que el recuerdo del enorme poeta de Soria resuena, tal eco de un aire que, muchas décadas más tarde, se dejaría escuchar en estos versos, escritos en la oriental Manzanillo de 1949, por otro poeta que había bebido en los clásicos de los Siglos de Oro, sobre todo en Lope de Vega y Calderón, como asimismo en otros fecundos españoles: Miguel de Unamuno y el propio Machado —que mantiene la lozanía de un contemporáneo—, como en los latinoamericanos: Amado Nervo y Rubén Darío (quien, aunque muchos lo ignoren, era también un deslumbrante improvisador).

Lo aforístico y lo conceptual del enorme Calderón de La vida es sueño aparece —como en la poética de Unamuno y el Machado de Proverbios y cantares— en Decimario, breve conjunto de textos que, escritos en 1949, nunca publicó en vida Manuel Navarro Luna (nacido en Jovellanos de 1894, provincia de Matanzas), mas sí incluidos en el volumen Poesía y Prosa de 1980, aparecido por la Editorial Letras Cubanas por su colección homónima, con prólogo del también poeta y periodista Joaquín G. Santana, asimismo autor de la biografía Furia y fuego en Manuel Navarro Luna, publicada por Ediciones Unión en 1975.

Aquí se da “el sereno, el sosegado virtuosismo de que Navarro Luna hace gala al abordar este difícil género (...) tal vez sea esta una de las aristas más ricas —y, también, más ocultas— de toda su obra”, como afirma Santana con certeza en su mencionada biografía (en el capítulo Decimario, p. 149).

Como se sabe, Machado —hijo de un serio estudioso del Romancero y la tradición en la poesía hispana, y él mismo excelente cultivador de las formas clásicas— dejó pautas que aún marcan con su impronta la poesía de nuestra lengua. En Cuba, sigue siendo un autor de cabecera para varias generaciones de poetas y trovadores, tal aconteció con El Poeta de Manzanillo, quien, como dije antes, evidenció un positivo influjo de su alta poesía en su Decimario.

En este nada extenso pero sí intenso cuaderno (de solo unas pocas décimas múltiples que conforman un conjunto de 24), “su acento universal lo acerca, en cierto modo, a los mejores logros del gran Antonio Machado”, para decirlo, de nuevo, con Santana. Así acontece en no pocas de estas estrofas. Veamos un magnífico ejemplo en esta duodécima:

El que sabe caminar,
caminando siempre llega.
Hasta la paloma ciega
sabe a su nido volar.
Mas no puedes descansar
por muchos que sean tus años;
por hondos que sean los daños
del camino que te dejo,
y del que nunca me alejo
aunque todos me abandonen,
pues para el camino joven
ningún caminante es viejo.

(Si es buena la sementera)

Incluido en antologías, selecciones y en su Obra poética (Ediciones Unión, 1963), su Decimario aún no se ha destacado en volumen independiente, ni siquiera en estos años de profusión editorial de la estructura lírica, como debía haber sido, con la justa finalidad de mostrar la alta calidad de sus piezas, provistas de ese tono sentencioso de la médula secular y esencial de la poesía popular, de la que igualmente se nutrieron los clásicos dorados, entre ellos, Calderón. Así, en una de las más altas muestras de este valioso conjunto, dice el poeta:

Tienes que escoger tu muerte
como se escoge una flor.
Y verás que hasta el dolor
puede ser la mejor suerte.
El pecho, mientras más fuerte,
más tiene que trabajar
vida y muerte, para dar
su flor al camino pulcro
y que pueda su sepulcro,
siendo sepulcro, brillar.

(Tienes que escoger tu muerte)


Cierra el 12 de junio
concurso Navarro Luna

El Centro de Promoción de la Cultura Literaria Manuel Navarro Luna, de Manzanillo, Granma, con el coauspicio del Instituto Cubano del Libro, convoca a la XXXV edición del concurso de poesía en homenaje a Manuel Navarro Luna en el aniversario XLI de su desaparición física. El cierre para la recepción de obras es el 12 de junio. Vea texto completo de las bases en nuestra sección DECIMACONVOCA.

martes, mayo 22, 2007



La décima escrita:
Entrevista con
Roberto Manzano

(Quinta parte. Final)



Por Carlos Chacón Zaldívar
carlos.c
hacon@umcc.cu


—Algunas otras opiniones que quieras expresar sobre el desarrollo general de la décima escrita...

—Muchas cosas se pudieran agregar, porque el asunto sobre el que dialogamos es complejo y está muy urgido de buenas atenciones. Pero podemos insistir en un aspecto importante, que ya no tiene sólo que ver con lo más específico de la vida literaria, sino que extiende sus implicaciones a la evolución de la literatura. En Cuba toda transformación artística generacional siempre tomará una actitud frente a la décima, pues ella está ahí, creciendo en silencio, sobreviviendo a veces heroicamente, nutriéndose de los misteriosos rizomas colectivos, yendo y viniendo de lo oral a lo escrito, cruzando las aduanas o entrando en los más oscuros mantos freáticos de tierradentro. Toda nueva actitud estética dirá, de algún modo, de frente o de soslayo, atacándola o alzándola en andas, qué le parece su existencia. Así lo hemos visto en nuestro más reciente pasado literario, para no irnos muy lejos, porque sería muy fácil detectar esas actitudes en lo que ya es pura literatura, sin la aspereza y vapor de la vida literaria aún viva. Una interesante historia saldría de las relaciones de las corrientes hegemónicas de la poesía cubana del siglo XX con la estrofa, cómo establecieron con ella sus desamores y querencias. No podemos hacerla aquí. Pero podemos dejar fluir algunas ideas, como si fuesen cometas sin desarrollo. Por ejemplo, el origenismo logró libres y dúctiles instrumentos expresivos, y nos ha dejado como patrimonio espiritual una isla configurada en lo trascendente, un alzamiento de lo que nos ocurre, como individuos o colectivamente, hacia lo que somos ya en una comunión más alta. Habiendo pasado por la poesía pura, que con tanto vigor transformó nuestra décima escrita, el origenismo abrigó en su interior a la décima, para producirla como un automático intercambio íntimo o una pequeña almena blanda desde donde mirar asociaciones o rostros de figura más inmediata. Pero el movimiento estético que le siguió, en la misma medida que radicalizaba sus presupuestos más queridos, corriendo a contracanto, persiguiendo como ideal expresivo el discurso periodístico u oratorio, la esquinó en su hora de esplendor. El coloquialismo, como tendencia artística, en su desiderato interior no amaba la décima: no confundirse porque un coloquialista la haya cultivado. Todo lo que hizo un coloquialista en términos productivos concretos no es obligatoriamente parte conceptual del coloquialismo. Y como es natural en cualquier esfuerzo nucleador, siempre brotan disidencias. Algunos coloquialistas tendrán sus devaneos decimísticos, pero cuando ya ha irrumpido la recuperación de la estrofa como espacio estético de interés con los primeros creadores de los setenta, o antes, cuando aún no estaban bien plantados sus horizontes expresivos. Los amantes más antiguos de la estrofa, que venían de la Cuba anterior al triunfo revolucionario y que algunos estudiosos designan como neorrománticos o poetas de corte tradicional, pudieron asomarse con fuerza a la palestra lírica. Y los jóvenes de entonces, que tenían entre sus presupuestos recuperar la mayor subjetivización de la vivencia lírica en enunciados bien ordenados artísticamente, se hilaron a sus búsquedas, llevando las ilaciones y rupturas hacia adelante. Esta es historia contada ya por algunos de los testigos y protagonistas del proceso, pero cuyo testimonio permanece en la absoluta sombra. No lo detallo, ni menciono nombres. Los que han vivido o estudiado los últimos casi cuarenta años de poesía cubana pueden llenar de carne viva esta síntesis vaporosa. Hacia los finales de los setenta y principios de los ochenta, el campo literario cubano se polarizó fuertemente, y los nuevos cultores se encontraban más interesados en emplear las armas coloquiales para cambiar de signo los contenidos expresados por estas armas mismas, que en explorar los predios de la poesía. Un coloquialismo al revés, de la anuencia a la crítica, del encanto al desencanto, predominó sobre otras tendencias que ya también asomaban alzando las elaboraciones clásicas, resumergiéndose en la poesía de la experiencia, rescatando y jerarquizando la aventura origenista. Del brazo de estos últimos, ya avanzando hacia finales de los ochenta, la décima entró de nuevo al campo escrito con cierta fuerza, y comenzó a diluir sus arquetipos seculares. Los noventa transformaron ya definitivamente la décima cubana. El número de manipulaciones de esta década sobre nuestra estrofa ya la volvió irreconocible a veces para un espíritu ortodoxo, y la enderezó, tanto en lo estilístico como en lo conceptual, hacia áreas no anteriormente visitadas. Pero ya estamos en una nueva centuria, y están asomando algunas exploraciones digna de interés, y la crítica —en una de las evidencias de su inexistencia— no da señales de vida. En Cuba, en cualquier zona poética, hay siempre un pulular y un dinamismo dignos de observación. Somos creadores muy activos, pero débiles, y a veces nulos, interpretadores. Por eso nos puede pasar, y nos pasa, la siguiente situación ridícula: aplaudimos una burbuja, cuando tal vez tenemos a nuestro propio lado a alguien con una obra henchida de futuro. Los artistas que no ensanchan sus horizontes estéticos corren el riesgo de confundir su nariz con una montaña.

Vea el texto completo de esta entrevista en nuestra sección DECIMACONTEXTO.





Lourdes Gutiérrez,

gacela de sueño errante

Por Lorenzo Suárez Crespo
Tom
ado de Cubaliteraria

La décima siempre suscita un motivo de curiosidad, pues siendo la más profunda raíz del género poético en Cuba, llamada con legítimo orgullo la reina del arte menor, ciertamente no ha sido escuchada su voz con igual intensidad que los demás metros versales.

Felizmente la Editorial Loynaz, empeñada en no dejar fuera del concierto literario esta expresión de cubanía, ha vuelto a editar otro libro de décimas en su Colección Laurel, Con mi guitarra de invierno, de la doctora Lourdes de la Caridad Gutiérrez Álvarez, quien desde 1985 prestigia el movimiento de escritores pinareños en los talleres literarios de esta ciudad y que ha merecido importantes reconocimientos en su labor creadora.

Con la edición a cargo de José Raúl Fraguela y el interesante diseño de Néstor Montes de Oca, este libro nos resulta de una bella entrega en su factura editorial y no menos en la propuesta lírica. Lourdes, sin agotar fuerzas en los recursos postmodernistas, salvo pinceladas, ni apostar por la posición contemplativa del verso tradicional, inclina su inspiración y estilo en la proximidad a lo emotivo y existencial como revelaciones sinceras, espontáneas y desenfadadas de su propia personalidad.

Pienso que el lector puede recrear en estos textos de riqueza ontológica los más variados matices de un ser común a todos, pero con la peculiaridad de su estilo como auto de fe. Leer estas décimas es como ver a su autora: anhelos y esperanzas, fortunas y desaciertos, tientos y diferencias, gozos e insatisfacciones, sueños y búsquedas, presencia y fuga... toda una gama del espectro humano en la voz de una mujer.

Todo libro viene siendo algo así como una tesis y cuando resulta ser depositario de alma y vida es, más que documento, identidad. Con mi guitarra de invierno es eso, buen motivo para encontrar una voz lírica, rimar soledad y amor en el tiempo con sueños y presagios, ir y venir con la palabra alentadora, excitante, el amor en el pecho... sentir los aleteos de la nostalgia en el hondo mar de las reflexiones.

Gracias, Lourdes, por tu ofrenda de versos desde la primavera al otoño, con ojos de luz y la sonrisa presta al encuentro, agorera, de siempre muchacha... como gacela de sueño errante.

Visite el sitio de Lorenzo Suárez Crespo en Pinarte, portal de la cultura pinareña.

Desde San Miguel

Celebrada tertulia Indio Naborí

Según su programa anunciado, la tertulia Indio Naborí (tercer sábado de cada mes, 2 pm, en el Museo Municipal de San Miguel del Padrón) se dedicó en su edición de mayo al aniversario 112 de la caída en combate de José Martí, al Día del Campesino, y al segundo aniversario de la última visita de Naborí a su terruño natal. Bajo la habitual conducción de la poetisa Bertha María Gómez, coordinadora de la filial del Grupo Ala Décima en ese municipio, la cita contó con poetas de varias generaciones y municipios, que invocaron versos del Apóstol y del popular poeta de Viajera peninsular, así como la actuación de la actriz y declamadora Irasema Cruz y los trovadores Silvio Tarín y Yasnovy Pérez, este último joven cantautor de la Isla de la Juventud y miembro de la Asociación Hermanos Saíz. El encuentro culminó con el público de pie, entonando las estrofas de La Guantanamera, con versos de José Martí.

domingo, mayo 20, 2007




De Renael González,
poemas que
merecen ser salvados

Por Jorge Luis Peña Reyes
Tomado d
e Radio Libertad
Puerto Padre, Las Tunas


Los animales pueden ser un buen motivo. Renael juega a ser Noé, sabe que todo puede salvarse frente a naufragios amenazantes. Su libro Poemas en el arca de Noé, premiado en el concurso nacional Flores del alma 2005, es testimonio de esa especial manera que el autor tiene de hilvanar sus textos.

Estos no son un atado de poemas. Ni una autoantología centrada en la relación que el autor tuvo o tiene con los animales. Hay en él un proceso de madurez creativa, una especie de zoológico poético para un autor que todavía lleva muy adentro sus raíces de campo:

Por mi bien o mi mal no ando en secretas
cofradías, ni tengo más recetas
para el verso, que río, cielo y montes,
y es mi voz de palmar y de sabana
tan pequeña y sencilla que en La Habana
la confunden con trinos de sinsontes.

Es curioso ver cómo el autor señala esa enorme cantidad de animales que le fueron filtrando sus poemas, desde un lejano 1983. El autor cuenta con soltura capítulos entrañables de su vida, motivos que enamoran su oficio y lecciones que la vida ha entregado en el decursar de su historia. Poemas en el arca de Noé es un libro sincero y fresco, matizado con el humor y la finísima ironía, recursos de los que el autor hace gala en varios momentos del poemario. Sus motivos van y vienen a su familia como esas mariposas que no encuentran dónde detener su vuelo:

Pequeña mariposa en la cocina
mi madre anciana en su trajín parece,
en sus pupilas grises aparece
lucecita de amor que hondo germina.

La constante alusión al personaje bíblico llena cada página y uno empieza a preguntarse por el destino de todo, por la importancia que cada gesto amenazado, entonces la familia se entroniza y mientras la lluvia amenaza con ahogarlo todo, el poeta salva incluso ese trozo de silencio necesario:

Espanten esos perros allá afuera,
que los gallos no canten.
Nadie debe cantar si no es canción de cuna.
Escuchen ese radio más bajito,

que no hagan tanto ruido los muchachos,
mis niñas han dormido a sus muñecas,
que nadie las despierte.

En un variado universo poético que va del soneto a la décima, al verso libre y a la cuarteta, Renael presenta su legado y espera, tal vez en ese caracol que algunos no prefieren. Él nos dice:

Aquí medito y pienso, escucho al mar
en su infinito irse y regresar
y veo en la penumbra más que el sol;
¿por qué entonces querrá la muchedumbre
que al ”ruido mundanal” yo me acostumbre
si soy feliz en este caracol?

Caracol o arca. Renael otra vez nos sorprende con ese sentido que tiene para salvar lo que merece.

 
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