Por sus Confesiones del siervo
Henry
pertenece al Taller Literario Guillermo Vidal desde su fundación en el 2006. Ha
obtenido varios premios y menciones en Encuentros Debates de Talleres
Literarios y en el concurso Tomasa Varona. Ha publicado en folletos con motivo
de las Jornadas Cucalambeanas y las jornadas de la poesía Gilberto E. Rodríguez,
en el plegable Horas de amor vencidas,
nuevos decimistas tuneros (Editorial Sanlope,
2013), en la antología Mundos Paralelos,
del Proyecto Encaminarte, y está incluido en la antología Historia de la poesía en Las Tunas, del poeta e investigador Antonio
Gutiérrez Rodríguez, actualmente en proceso de edición. Tiene publicado el
libro digital La siesta del centauro,
por la Editorial Letra Viva (Miami, 2013). Trabaja en la sede tunera de la
Agencia de Información Nacional (AIN). (Datos y fotos recibidos de la colega Yelaine
Martínez Herrera, poetisa y periodista).
CONFESIONES
DEL SIERVO
Estuve
arriba, fui Dios
y
Dios me entregó su casa,
su
Jardín y aquella masa
de
la Creación. La voz…
Vivo
arriba atrás barreras
y
sueño un sueño imposible.
Ya
soy Dios, pero es terrible
ser
Dios de todas maneras.
Carlos
Esquivel
Primeras
confesiones
Estuve
arriba, vi todo
el
nacimiento del mundo.
Estuve
arriba. Un segundo
después
estuve en el lodo
primigenio.
De algún modo
me
fragmentaron la voz,
y
la esparcieron por los
desiertos.
Como un badajo
sin
campana estoy abajo.
Estuve arriba, fui Dios.
Nunca
tuve, ni siquiera
un
puerto para el naufragio.
Mi
vida fue solo un plagio
de
la muerte. Si lloviera
otra
vez, quizás pudiera
suicidarme
mientras pasa
el
odio como una brasa
sutil.
Yo que nunca tuve
silencios,
pedí una nube
y Dios me entregó su casa.
Me
juraron un Edén,
una
masa creadora
de
milagros. Impostora
fue
la verdad. Pero quién
no
se ha mentido también
frente
al espejo que traza
el
futuro. Como un caza-
dor
vive acechando el odio.
Yo
nunca vi desde el podio
su Jardín, aquella masa.
Ahora
que no tengo escudo
me
sorprende la estocada
del
tiempo. Nunca hice nada
por
defender este mudo
rencor.
Cómo fue que pudo
todo
aquel silencio atroz
ponerme
de rodillas. Hoz
irreverente,
te ruego
que
me devuelvas el fuego
de la Creación. La voz.
Confesiones
finales
Prefiero
decir: estoy
en
la cima del abismo.
Confesar
que soy yo mismo
el
que traiciona al que soy.
No
quiero decir: será hoy
cuando
llegue a las praderas,
y
apostarle a mis quimeras
todo
el sudor que me trajo
vivo
hasta aquí. Sufro abajo.
Vivo arriba otras barreras.
Soñar
me fue prohibido
por
obra y gracia… No puedo
levantarme
y que en el ruedo
me
sorprenda el estallido
final.
Todo lo vivido
se
vuelve nada. Intangible
-como
realidad posible-
regresa
Dios al pasado.
El
futuro me ha olvidado
y sueño un sueño imposible.
Algo
soy, lo que me invento
para
escapar a la histeria
de
saber que soy materia
infinita.
El argumento
que
se pierde en el intento
de
salvarme en lo invisible.
Acaso
la predecible
tempestad.
Antes que nada
existiera,
fui la nada.
Ya soy Dios, pero es
terrible.
Yo
pude ser diferente.
Quizás
un simple recuerdo.
Pero
al firmar el acuerdo
con
los hombres, hice un puente
de
mi reino hasta su mente,
y
no puse las fronteras
necesarias.
Ahora esperas
que
me arrepienta. El futuro
no
puede cambiar. Yo juro
ser Dios de todas maneras.
ANTERIORES DE LAS TUNAS:
MÁS SOBRE ESCRITORES DECIMISTAS DE ESTA
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(Ese mismo enlace lo encontrará en el panel
derecho de este sitio, donde aparece archivada abundante información sobre
nuestro quehacer, dada la poca visualización que ahora tenemos de las últimas
entradas publicadas, por razones técnicas que no dependen de nosotros.
Proponemos a nuestros lectores ver allí, bajo el acápite ASOMOS A LA DÉCIMA EN… diversas aproximaciones a los escritores decimistas en las provincias
cubanas y otras naciones de Iberoamérica).
Etiquetas: Casa Iberoamericana de la Décima El Cucalambé, décima, escritores, Jornada Cucalambeana, jóvenes, Las Tunas, poesía, premios
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