VII Bienal Identidad

Jarahueca,
una alegre
Fuenteovejuna

La generosidad de sus familias responde al unísono a la pregunta: ¿Quién convoca este evento de homenaje a Ada Elba Pérez?

Por Pedro Péglez González
Fotos: Wildy

Cual feliz Fuenteovejuna, bien distante del drama de Lope de Vega, este poblado espirituano parece también responder a coro una pregunta:

— ¿Quién convoca la Bienal?

— Jarahueca, es natural.

Así ha sido desde el inicio, en 1997, de las Bienales Identidad, en tributo a Ada Elba Pérez (Jarahueca, Sancti Spíritus, 1961 – Ciudad de La Habana, 1992), hasta su séptima edición, concluida este domingo 20 de septiembre, cumpleaños 48 de la creadora, cuyo legado multifacético en artes plásticas, literatura y composición musical para niños, fue recordado y preservado una vez más.

Con el auspicio imprescindible de las direcciones de Cultura, la Asociación Hermanos Saíz y otras instituciones, el principal convocante es el pueblo natal de Ada, ubicado en el municipio de Yaguajay, porque son las familias de esa localidad quienes abren las puertas de sus hogares a los invitados de otras provincias, a los cuales dan techo y alimento durante los cuatro días en que allí sesiona la Bienal.

En reciprocidad, los visitantes —siempre conmovidos por las cariñosas atenciones—, junto a creadores locales, aportan a Jarahueca una jornada artístico-literaria que deviene mutua contribución al enriquecimiento espiritual.

Este año, como de costumbre, se unieron en los escenarios las dos compañías de teatro infantil La Colmenita, la de La Habana y la de Jarahueca, a las que se sumaron agrupaciones de prestigio como el villaclareño Quinteto Criollo con Ernestina Trimiño, trovadores de la talla de Rita del Prado y el Dúo Karma —que en el caso de las presentaciones para los pequeños actuaron con su simpático proyecto titulado La guarandinga—, y los repentistas matanceros Orismay Hernández y Héctor Luis Alonso, todos en fraterno intercambio con artistas del territorio.

Variados talleres de creación fueron impartidos a los pobladores: de apreciación musical, por Conchita Moré; de costura en parche, por Idania Gómez Pérez; de talla en tarro, por Francisco García; de edición, por Jacqueline Teillagorry; y de narración oral, por Juan Manuel Herrera. De la utilidad de todos ellos dieron fe los participantes durante la sesión final.

El programa del acostumbrado coloquio resultó sumamente apretado para la cantidad de ponencias —asunto que habrá que ajustar para futuras ediciones— entre las cuales vale destacar las tres conferencias del profesor Emmanuel Tornés: una sobre la poesía de Ada Elba y dos sobre narrativa hispanoamericana. Al concluir los trabajos teóricos, las aguas del arroyo cercano fueron escenario para la navegación de una réplica en miniatura de lancha torpedera, con mando digital a distancia, creación integral de Wildy, artista de la fotografía y veterano de estas Bienales.

Con el aporte de jóvenes autores locales y de poetas invitados como el mexicano Gonzalo Chanocua y los tuneros Argel Fernández y Juan Manuel Herrera, tertulias de trova y poesía se sucedieron en la casa de cultura, el cine y la biblioteca, en la cual, además de sus lecturas, hicieron presentaciones y donaciones de sus libros escritores como Emmanuel Tornés, Olga Lidia Pérez, Modesto Caballero y Pedro Péglez González. Otros donativos a Jarahueca fueron hechos durante la jornada, como el de la Congregación de Plateros San Eloy, de La Habana Vieja, entregado por Miguel Morgado.

La noche final, antes de la siempre fascinante actuación de las dos Colmenitas, hermosos diplomas de reconocimiento fueron a las manos de las familias del poblado que, con su generosidad, dieron en esta oportunidad testimonio del aserto:

— ¿Quién convoca la Bienal?

— Jarahueca, es natural.

La obra de Ada ha inspirado a numerosos creadores. De nuestros archivos, mediante los siguientes enlaces, referencias a dos poemarios dedicados a ella: Casi todo, la noche y lo demás, de Argel Fernández, y La noche es ella, de Pedro Péglez González. Del primero mencionado, es esta décima de metro alejandrino, leída por su autor en una de estas tardes de poesía:

JARAHUECA

uno despierta aquí y está frente a su pan

Ada Elba Pérez

Uno sabe que duerme, mientras no se despierta,
alrededor no existen Ada Elba y septiembre,
sabe que no germinan las palabras que siembre
un sembrador iluso como página abierta.
Nadie escribe dormido su nombre, ni a su puerta
llegan palomas blancas anunciando que están
esperando por uno, ni naufraga su afán
en aguas del insomnio, pero sueña el abrazo
para quien rompe sombras cuando marca su paso;
despierta en Jarahueca y está frente a su pan.