Ada, tú,
mariposa

Sus amigos, los que tuvieron el privilegio de compartir con ella vida y obra, la asocian en el recuerdo a la mariposa, y hasta sienten su aletear en determinadas circunstancias de la poesía. Yo, que no tuve aquella dicha de su compañía física, confieso que también la he sentido revolotear cerca de mí.

Hoy 20 de septiembre hubiera cumplido 47 años Ada Elba Pérez (Jarahueca, Sancti Spíritus, 1961–Ciudad de La Habana, 1992). La impresionante huella que nos dejó, en tan corto lapso, en la literatura —en la cual no le faltó pasión por la décima—, en las artes plásticas, en la música, nos convoca cada dos años a la Bienal Identidad, en su terruño natal. Y ha movido también al homenaje en versos a otros poetas, como el caso de Argel Fernández, autor del poemario Casi todo, la noche y lo demás, dedicado a ella, y quien a ella se referirá seguramente en su recital previsto para hoy sábado a las 5 de la tarde, en el espacio Informalmente formal, de la Casa de la Poesía de La Habana Vieja.

El Grupo Ala Décima le rinde a Ada Elba tributo de este modo, y yo, con cariño, le dejo aquí mi beso en octosílabos.

RETRATO (IN)CONCLUSO PARA URGENCIA

Hay un pájaro extraviado
en la prisa universal.
Ada Elba Pérez

En esta foto sostienes
un pájaro de voz seca
con los ojos
Jarahueca
es un grillo donde vienes
Al galope de las sienes
te sudan árboles puertos
por desmenuzar
Los muertos
padecen luz con pudor
—Ya no se mueren—
De amor
son los cansancios más ciertos
de tus cabellos (asertos
para libélulas)
Gritas
sin abrir la sed
Musitas
una guitarra de expertos
adoquines
Los desiertos
te arriendan la piel la marcha
Ya quiten pronto la escarcha
de las ventanas —convocas—

(Pasa el sol pidiendo bocas)

Ya quiten toda la escarcha

Pedro Péglez González