XLII Jornada Cucalambeana

Irelia Pérez Morales, Premio
Iberoamericano Cucalambé
y primer premio de glosas

Es la primera ocasión en que una misma persona gana los dos certámenes de décima escrita en la Jornada Cucalambeana

Al centro, Irelia recibe el premio. A la izquierda, Antonio Borrego. A la derecha, Ramón Batista y Leticia Tamayo, director y especialista, respectivamente, de la Casa Iberoamericana de la Décima El Cucalambé.

El más importante galardón de la décima escrita, el Premio Iberoamericano Cucalambé, fue alcanzado por la poetisa Irelia Pérez Morales (Camajuaní, Villa Clara, 1956; residente en Cienfuegos, ganadora el pasado año del segundo lugar con su obra Partitura inconclusa), esta vez con su libro Cicatrices de sal, según el veredicto de un jurado integrado por Sigfredo Ariel, Víctor Fowler y Roberto Manzano, todos ganadores del Premio Nacional de Poesía Nicolás Guillén, en distintas ediciones.

Es esta la tercera ocasión en que una poetisa conquista el Iberoamericano Cucalambé. El segundo lugar del certamen correspondió a El libro de los cobardes, de Carlos Esquivel (Elia, Las Tunas, 1968); y el tercero fue a manos de Antonio Borrego (Las Tunas, 1962) por Reinos y utopías.

Por primera vez en estos encuentros de escritores de las Jornadas Cucalambeanas, conocidos bajo el nombre de Catauro de la décima, fue un mismo autor el vencedor en el Cucalambé y en el concurso nacional de glosas Canto alrededor del punto, en homenaje al escritor Adolfo Martí Fuentes. En este último, el lauro lo mereció el poema Hester Prynne escribe la última página de sus memorias minutos antes de subir al cadalso, de Irelia, mientras en segundo puesto quedó María de las Nieves Morales con su texto Intramuros; y en tercero Freddy Camilo Morfe por su Canción del poeta errante. El jurado del concurso de glosas estuvo a cargo de Nuvia Estévez, Carlos Zamora y Nelson Simón.

Por su parte, en el concurso nacional de repentismo Justo Vega se alzó con el máximo galardón Leandro Camargo, seguido por Oniesis Gil y Sindy Manuel Torres, todos de Pinar del Río.

A continuación de la premiación del Cucalambé, los repentistas cantan a la premiada, como es tradicional. A la izquierda, Argelio Torres; a la derecha, Emiliano Sardiñas.

(Ampliación de la información publicada en Trabajadores. Agradecemos la fraterna colaboración de Waldo González López y Mayra Hernández en las imágenes gráficas de esta reseña).