Aparecieron
Los Césares perdidos
El libro ganador del Cucalambé 2008
fue presentado en el Catauro de la décima
Foto: Colaboración de Waldo González López y Mayra Hernández
Como parte del programa de
(Vea íntegramente las palabras de presentación, mediante este enlace, en nuestra sección DECIMACONTEXTO, y en esa misma sección, el prólogo del volumen: LOS QUE VAN A VIVIR TE SALUDAN).
Odalys Leyva Rosabal nació en Jobabo, Las Tunas, en 1969, y reside desde niña en Guáimaro, Camagüey, desde donde dirige el grupo de poetisas Décima al filo. Fue la segunda mujer que logró este codiciado cetro literario. La anterior fue María de las Nieves Morales, que lo obtuvo en el 2002. Odalys cuenta entre sus galardones el Premio Décima Joven de Cuba 2003, el Premio Ala Décima 2004 y segundo premio en el Iberoamericano Cucalambé del 2005, 2006 y 2007. Participó en el Premio Iberoamericano Cucalambé 2008 con este libro, bajo el título Demonio lujurioso del reflejo, pero una vez premiado y en proceso de edición, decidió como título definitivo el de Los Césares perdidos, el mismo del cuaderno con que había obtenido en el 2004 el Premio Ala Décima, y quiso para la cubierta el óleo sobre lienzo de igual nombre, de Carlos Rafael Vega, interpretación plástica de la pequeña secuencia de poemas —ahora integrados en este volumen—, con la cual Odalys ganó en el 2004 el Premio Ala Décima, óleo que fue entonces a manos de la autora como parte del galardón.
Adelantamos un poema de Los Césares perdidos:
INVOCACIÓN DE CAYO JULIO CÉSAR
Vosotros lo queréis, pero sabed que
este joven destruirá algún día la aristocracia,
porque veo en él muchos Marios.
Sila
Marchemos adonde nos llaman los signos de los
dioses y la iniquidad de los enemigos. Jacta alea est.
Cayo Julio César
No me toquen. No estoy listo
para desvestir remedos.
Soy César, a los enredos
envidiables me resisto.
Soy Flamen Dialis. Insisto
en mi dignidad romana.
Nadie se atreva, no hay gana
de tocar al vientre impuro,
aunque me acusen, perjuro
Pontifex Maximus.
II
(Sana
Júpiter en los placeres
ofrecido al sexo fácil
donde la vulva es un grácil
infierno de oscuros seres.)
¡Sacerdote soy! ¡Mujeres,
apartad la hoguera! Miento.
Hay bajo piel un violento
crimen de pasión. Oh Roma,
ya en la sangre se me asoma
la ciudad del sufrimiento.
III
De L. Cornelio Merula
me dio una hija la noche,
y en sus senos abrí el broche
caudaloso de la gula.
Ya mi pudor no simula
un santo, ni mis verdugos
hunden en la piel sus yugos…
Cornelio, el ansia es tangible
y yo soy el invisible
deudor del hambre. Mendrugos
he de guardar. Mi partida
es como un canto inminente
(la audacia es inteligente
si intuyes la fe perdida).
No he de dañarte…
IV
Mi herida
alienta a los proscriptores
que en inútiles clamores
me nombran sabio, lunático.
Parto a Grecia. Es el Adriático
mi hogar. Los ejecutores
muerden rabias, me perdonan.
Es el gobierno de Sila
el que protesta, destila
los odios que le destronan.
¿A qué hoguera me abandonan
las malas lenguas? Confieso:
soy Marios que vuelve ileso
a la ciudad, pero huye
porque Roma se construye
en el dolor de mis rezos.
En nuestros archivos, otros poemas del libro premiado en el Cucalambé 2008:
—El escándalo de la fiesta de la buena diosa
—Cleopatra desahoga sus laberintos de piel
—Reflexión de Cayo Julio César sobre el Génesis
—Súplica de Arsinoe al eunuco
—Juicio final en Roma
—Cleopatra, en ardid nocturno, entra desnuda a la cámara del César
Desde el 2007, Odalys es miembro del Grupo Ala Décima. Vea otras muestras de su obra poética, mediante estos enlaces, en los sitios Laberinto del Torogoz y Arte poética. Rostros y versos, del poeta salvadoreño André Cruchaga.
Etiquetas: Cucalambé, décima, Guáimaro, mujeres, poesía, premios
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