Ada Isabel
y su Close-up
Los poetas decimistas de la capital cubana no estuvieron al margen de aquellos momentos, a finales de los 80, en que se abría en Cuba el camino de la revitalización de la décima escrita. Uno de ellos, Frank Upierre, prestigia hoy con su membresía el Grupo Ala Décima, surgido como se sabe en la localidad capitalina de Alamar, en el año 2000. Su fundación, por cierto, fue también resultado de la fuerza que fue tomando en los 90 la escritura en décimas, con protagonismo de avanzada por parte de los autores más jóvenes. Varios de ellos integran hoy nuestra agrupación, como María de las Nieves Morales (Premio Iberoamericano Cucalambé 2002), Karel Leyva, José Antonio Vilaseca, Juan Carlos García Guridi, Giraldo Segura e Irasema Cruz. Otros no se han integrado al Grupo por el solo deseo de poder seguir aspirando al máximo premio de su certamen —en el cual no pueden tomar parte los miembros de la agrupación que lo convoca— pero son activistas y colaboradores de Ala Décima, y algunos han merecido reconocimientos en el concurso, como los casos de Oscar Álvarez (Yoscar), Mileyda Menéndez y Zulema de la Rúa. De ellos, la que ha estado más cerca del premio principal ha sido Ada Isabel Machín Álvarez, que conquistó el segundo premio este año, después de haber ocupado el tercer escaño en la edición del 2005.
Ada Isabel (Ciudad de
CLOSE-UP
… mis muertos siempre despiertos me ven desde cada foto…
Pedro Péglez González
…unos sonríen al lente, otros cuentan los minutos…
Silvio Rodríguez
…pero soy abriles y ya me cerca diciembre…
Pedro Péglez González
Prendidos de un lienzo roto con alfileres inciertos,
mis muertos siempre despiertos me ven desde cada foto.
Bajo el trucaje remoto de unas cuencas sin barniz,
ellos me ven la raíz, el médano, la espesura:
ven el verde que me apura, grave y terso, como el gris.
Unos sonríen al lente, otros cuentan los minutos.
¡Tantos huesos diminutos jugando a cruzar el puente!
Yo los miro, irreverente, con mi pupila inexperta,
(hay una página yerta agitándose en el fondo):
yo los miro; luego, escondo mi pupila en otra puerta.
Aquí, mi madre al soslayo, la cartulina precisa;
allá el satén de su risa sin miriñaque ni sayo.
Ella se mece en el tallo, dulce, lábil, como un duende;
ella mi ayuno desprende con la miel de su calostro:
mil luciérnagas al rostro su claroscuro me enciende.
Sálvame, madre: rodela de mi párpado apagado;
refúgiame en el costado de tu seno en duermevela.
¿No ves que alistan su vela mis barquichuelos pueriles?
¿Lo ves?, pero soy abriles y ya me cerca diciembre:
traslúcida y unimembre tú desbordas mis atriles.
Puede comunicarse con la autora, mediante esta dirección email: ada@dict.uh.cu
Etiquetas: Ciudad de La Habana, décima, mujeres, poesía
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal