Estará
siempre en nosotros
El aroma que
sugería su apellido iba bien con su temperamento parsimonioso y sus pausados
modales de caballero, y en nada contradecía, antes bien legitimaba, la
verticalidad de su carácter, la solidez de sus convicciones y el empeño
irrenunciable por llevarlas a vías de hecho en el día a día. No se piense, sin
embargo, en una personalidad almidonada. Jorge Luis Canela
Ciurana (Camagüey, 22 de noviembre de 1939 — La Habana, 3 de noviembre de
2017), era persona con exquisito sentido del humor, y era dado a cultivarlo con
deleite, tanto en las relaciones interpersonales cotidianas, como en el oficio
de escribir, de lo cual dan fe zonas poco conocidas de su obra de letras, en
sus trabajos periodísticos y también —menos conocidos todavía— en sus textos en
versos, preferiblemente en estrofas como la décima.
En marzo del
2008, a invitación de Cuba Ala Décima,
tuvo el cariño de responder con su poema en décimas humorísticas El
ombligo de Lamberto, que publicamos en aquella ocasión con motivo del
Día de la Prensa Cubana. En los finales de ese mismo año, nos concedió otros
dos trabajos en versos: Epitafio
para la tumba del bloqueo, de corte satírico, y Guitarra
breve, este último de íntimo tema lírico, y del cual ofrecemos una de
sus estrofas.
Guitarra, yo fui tu dueño,
ahora es silencio tu voz.
Ya tu suspiro veloz
no se dilata en mi sueño
y por más que ahora me
empeño
todo es ausencia y espera.
No te palpo. ¡Quién te viera
tan solo por un instante
para en tu nota sangrante
sentirte mi compañera!
OTROS
TRIBUTOS:
Etiquetas: décima, homenaje, La Habana, luto, poesía, tributo
1 Comentarios:
A la/s 8:26 p.m., Malmi dijo...
Canela hizo honor a su apellido, no por el color de su piel, sino por el toque de distinción que entregó buena parte de su vida a Trabajarores. Gracias Peglez, por recordarnos esa arista simpática del colega y director. Saludos, Yimel
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