Desde España

Mertxy tiene Licencia para llorar

Por Pedro Péglez González

Ah Lezama, si no fuera por el azar concurrente. Ya usted lo avizoró en Saint-John Perse: Historiador de las lluvias, en Las eras imaginarias: La poesía prefiere ser su configuración. Si no fuera por el azar concurrente no nos habríamos enterado, por ejemplo, de que una mujer de nombre Mercedes tiene un mar.

El comienzo de la historia fue muy simple: Ella pasó un mensaje por email a nuestro subdirector, el poeta Modesto Caballero, invitándolo a enviar poemas a su sitio web Mar de las 9 Musas. Lo que no dijo ella es que ese espacio estaba de aniversario, cosa que supimos al visitarlo nosotros, con lo que, de paso, nos sorprendimos felizmente al ver que la fecha festiva (21 de noviembre) coincidía con la del natalicio del poeta y trovador Julio Alberto Cumberbatch, miembro del Grupo Ala Décima. En consecuencia terminó Modesto, con sus décimas, saludando al mismo tiempo dos cumpleaños.

Entrar en las aguas virtuales, hasta entonces desconocidas para nosotros, del Mar de las 9 Musas, fue descubrir un hermoso foro de participación poética, con entusiastas protagonistas de varios países de habla hispana, poetas animados por un espíritu fraternal que conmueve y convoca. Y fue descubrir a María Mercedes Pérez Pérez, Mertxy.

Ya dije que tiene un mar. Pero no me refería solamente al Mar de las 9 Musas. Ese espacio y su título son, digámoslo con Lezama, la poesía como configuración del azar concurrente. Me explico: María Mercedes Pérez Pérez es una mujer creadora y múltiple, plena de sorpresas. Como el mar. Siempre lo fue. Lo fue desde su nacimiento, un primero de mayo, o para decirlo con sus palabras, como si hablara de otra persona: “el día 1 del mes de las flores, en un pequeño pueblo en la Sierra del Segura (Albacete), España, donde ya empezaba en su más tierna infancia a jugar con los colores, los pinceles y los lienzos que intercambiaba en las largas noches con los clásicos de la poesía, en la que la introdujo su madre enferma. Así despuntaba la pintora y la poetisa que sería más tarde”.

Símbolo de esa multiplicidad en que se fue forjando, son sus tres nombres: Mercedes la llamaba el padre; la madre, en cambio, le decía Merchy. Ella escogería, para firmar su obra artística y literaria, el de Mertxy, aunque rinde tributo a su progenitora firmando como Merchy en el Mar de las 9 Musas. Su alias profesional, Mertxy, es la versión de su nombre al euskera, el idioma vasco, porque (y vuelvo a su autodescripción, humildemente impersonal): “Hoy es hija adoptada por el mar Cantábrico (San Sebastián, País Vasco), al que ama con el alma y donde vive desde hace muchos años y de donde es su único hijo. Se siente donostiarra (natural de San Sebastián) hasta la médula y sirena de sus aguas, cosa que no esconde en sus poemas, pues ella es agua y en su agua desea terminar sus días envuelta de sus blancos y azules”.

Desplegó su estro ampliamente en las artes plásticas, “hasta que un mal día se fugó la luz de sus ojos”: Una afección visual severa no le permitió pintar más, y su espiritualidad entonces se vertió íntegramente en la poesía, en la que puede palparse una plasticidad tierna y candorosa, que al mismo tiempo nos acoge y ampara en una cándida transparencia de agua.

Pero no soy yo quien va a ponderar aquí sus saldos literarios. Ahí están sus poemarios A tientas con el mar, dado a la luz por el Grupo Editorial Belgeuse, en el 2006 (puede verlo en la foto que encabeza esta reseña) y Amor de agua (en la foto de la izquierda; publicado por Prosopón Editores, 2009), o sus resultados en certámenes de años recientes, entre ellos en Argentina, y en este mismo 2010, el Premio Tiflos de poesía.

Así que vuelvo al intento de etopeya, siempre interpretando el aserto lezamiano: el Mar de las 9 Musas es la poesía como configuración del azar concurrente que gravita y habita en una mujer, María Mercedes Pérez Pérez, Mertxy, una mujer creadora y múltiple, plena de sorpresas. Como el mar. Como si ella misma fuera el mar.

Mertxy ha cultivado más que la décima otras estructuras poéticas, abiertas o cerradas. Pero tiene escritas estrofas de diez versos, y no encontró mejor modo de enviarnos su cariño que el de hacernos llegar estas, en las que también concurren los azares de su vida:

LICENCIA PARA LLORAR

Concededme, Señor mío,
licencia para que llore
y amargas plegarias ore
con lágrimas de rocío.
Para ver tu rostro pío,
tanto noble como hermoso;
considerado y piadoso,
tan amante como amado.
De beso aterciopelado
y cerebro talentoso.

Con el alma y con la vida,
con gallardía española;
de vasca roja amapola,
tan tierna como querida.
Te cantaré a la alborada,
al clarín de la diana,
y el fuego de mi campana
dará luz en tu atalaya
para guiarte a mi playa
desde la “PERLA” lozana.

OTROS AUTORES ESPAÑOLES CUYAS DÉCIMAS
HAN SIDO PUBLICADAS EN NUESTRO SITIO:

—XESCA ALMÉCIJA (Almería, Andalucía, 1962). Escritora y artista de la plástica con varias exposiciones de pintura y amplia experiencia en el teatro y la decoración. Tiene varios libros publicados, y en su poesía da preferencia a la décima. Es la compañera del poeta decimista cubano José Antonio Roche. Juntos sostuvieron encuentro con el Grupo Ala Décima en noviembre del 2008.

—ANA MUELA SOPEÑA (Bilbao, País Vasco, 1961). Estudió piano y psicología. Actualmente es administradora de empresa. En su blog poético Laberinto de lluvia nos da muestras de su elegancia lírica, tanto en estructuras abiertas, los versos libres, como en las fórmulas cerradas: hermosos sonetos, romances y décimas allí pueden encontrarse.

—RAFAEL ALBERTI. A propósito de la inauguración en Cuba de la exposición Pintar un libro, de Resty Gómez Gutiérrez, artista español de la plástica que ilustró poemas del inmenso Rafael Alberti, publicamos décimas suyas, de su mano a mano con nuestro Nicolás Guillén, escenificado en los años inmediatos posteriores al triunfo de la Revolución Cubana.