hacia sí misma
En el aniversario 48 de
Cubanas —hoy 23—, una poetisa que ha asombrado
con su talento en los últimos años
Por Pedro Péglez González
Uno de los fenómenos más interesantes del panorama literario cubano contemporáneo ha sido el proceso de revitalización de la décima escrita, que ha marcado sensiblemente la poesía cubana de entre siglos, y en el cual han tenido las escritoras, a lo largo y ancho del país, un desempeño de primera línea.
Entre tantas voces femeninas de la avanzada poética en la estrofa de diez versos, irrumpió hace escasamente dos años una mujer que en tan corto lapso ha asombrado por el lirismo de sus textos, merecedores de una ininterrumpida secuencia de resultados en diversos certámenes, hasta colocarse, en julio pasado, en el segundo lugar del codiciado Premio Iberoamericano Cucalambé: Irelia Pérez Morales.
Nacida en 1956 en Camajuaní, Villa Clara, y radicada desde hace varios años en la ciudad de Cienfuegos, Irelia es Licenciada en Historia y Ciencias Sociales. “Empecé tarde —me dijo, con cierto tono de lamento, cuando nos conocimos—, me decidí tarde a encaminar mis versos”. “Bueno, chica, a lo mejor estabas —le respondí—, como dice el habla popular, cargando la batería”.
El año 2006 fue para Irelia la arrancada: Premio internacional de poesía “Ábaco” (Alcalá de Henares-Madrid); Premio internacional de poesía “Palabras Diversas” (Madrid); y Premio Nacional Décima y Tradición —que convoca
Este
Parece ser que en eso de haber estado “cargando la batería”, en los años anteriores a su “arrancada” del 2006 —como le dije—, a Irelia se le fue la mano. Pero ella no “se da por enterada”: tan admirable como su talento y resultados es su modestia. Eso se evidencia, incluso, en su poesía. Con estos versos se autodefine Irelia, en uno de los poemas de su libro recién galardonado, Partitura inconclusa: ala íngrima en el viento / convocando a los delfines / mascarada de arlequines / espina que sabe a cuento; / hueso de luna lamento / que entre las ondas se abisma; / velero sorteando el cisma / de mi imperfecto vitral; / Atlántida sideral / puente fiel hacia mí misma.
De ese mismo libro, un poema en una sola décima endecasilábica:
PASO A NIVEL
Danza una marioneta en mi costado
alguien cerró los bares de Sabina.
Hay un paso a nivel por cada esquina
de esta sangre que surca un pez alado.
Galopa por los rieles del pasado
(verdugo de añoranzas su escalpelo)
mientras yo calco impúber de tal vuelo
lunar sobre la tierra
cicatriz
despido —guardavía en la raíz—
un tren que se despeña por el cielo.
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