Última plegaria por un hombre eterno
Nadie le quite la luz
de andar corazón adentro
POR UN HOMBRE ETERNO
Invoca el caminante la locura
de un corazón al sur de la esperanza.
Desde algún mar su levedad avanza.
Dos héroes atraviesan su estatura.
Invoca el caminante la cordura
de repartir un sueño clandestino
como la luz, y ofrece al peregrino
su corazón al centro de la sombra.
Sin tiempo el caminante, al alba nombra,
y se monta a los hombros el camino.
(a ratos su sombra crece).
Desde algún cerro amanece
la paz de un sol trashumante.
Va sin tiempo el caminante
con el alma puesta al centro.
Busco sus manos y encuentro
palomas sobre otra cruz.
Nadie le quite la luz
de andar corazón adentro.
—Hasta siempre, Presidente, poema de Modesto Caballero.
Etiquetas: Cuba, décima, homenaje, poesía, tributo, Venezuela
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