De Diusmel Machado,
Salvación de tu cuerpo

Una estrofa de su cuaderno
Cuerpo de isla sordomuda,
Premio Décima Joven 2008

El municipio camagüeyano de Guáimaro es un pequeño parnaso de poetas decimistas. No de balde allí surgió el grupo Décima al filo y allí se celebran sus encuentros nacionales, importantes citas para los escritores decimistas de todo el país. Y allí nació y se formó como escritor Diusmel Machado (1975), quien es ya en este momento una de las voces significativas de la joven literatura cubana.

Por tercera ocasión (las anteriores fueron en 1997 y 2002) Diusmel alcanzó este año, con su cuaderno Cuerpo de isla sordomuda, el Premio Décima Joven de Cuba, galardón convocado por la Casa Iberoamericana de la Décima El Cucalambé, de Las Tunas, como uno de los premios del concurso Todo décima.

El lauro se suma a la ya rica trayectoria literaria de Diusmel. Su primer libro, el poemario Casa primera, fue publicado por la camagüeyana Editorial Ácana, en el año 2001. En el 2003, la propia Ácana dio a la luz su poemario para niños Libro de Titi y Mamita (escrito en coautoría con su mamá, Míriam Estrada). La Editorial Sanlope (Las Tunas) publicó en el 2004 su poemario Caída del ángel a la gloria. En el año 2006, fue publicado su poemario para niños Nuestros amigos del Caroní (también coescrito con Míriam) por el sello CVG EDELCA (Venezuela). Poemas suyos aparecen en varias antologías de Cuba y México, y también pueden ser vistos mediante este enlace con el sitio web español Mundo cultural hispano. Sus más recientes reconocimientos: En el 2005, primer premio en el concurso internacional de décimas de Tuineje, Canarias, España, y en el 2006 el primer premio del concurso de glosas “Canto alrededor del punto”, que convoca la Casa Iberoamericana de la Décima El Cucalambé en homenaje a Adolfo Martí Fuentes.

Diusmel es un activo colaborador del grupo de poetisas Décima al filo y también del Grupo Ala Décima. De su cuaderno Cuerpo de isla sordomuda, merecedor del Premio Décima Joven 2008, es este poema en una sola estrofa endecasílaba.

SALVACIÓN DE TU CUERPO

Tú no puedes salvar tu cuerpo impuro,
porque su amor es pasto de manadas
infinitas quizá: lentas pisadas
cruzaron tu camino más oscuro.
Tú no puedes mirar hacia el futuro
sin la sombra delante, la constante
y soberana culpa que –mediante
quién sabe qué discretos orificios–
vigila tus tristísimos oficios.

Tú eres menos sagaz que el vigilante.

Para contactar con este autor mediante email: mguaimaro@pprincipe.cult.cu