Bárbara Calderón en La letra en rosa

La visitante que
conmovió al cielo

Por Modesto Caballero (Fotos del autor)

La visitante que conmovió al cielo. Así calificó un niño a la poeta chilena Bárbara Calderón en la última de las presentaciones de La Andariega por nuestros espacios de cultura comunitaria, al término de la actividad, debido a la leve llovizna que cayera. Fue este domingo 17 de agosto en horas de la mañana en la finca “El progreso” de Jesús Leyva Pereira, un lugar paradisíaco en la barriada de Guiteras (también conocida como Bahía), en el municipio de La Habana del Este, en el espacio La letra en rosa que conduce la poetisa miembro del Grupo Ala Décima, Luisa Oneida Landín Ramos.

“La finca de Leyva”, como popularmente se le conoce, fue fundada por este guiteriano el 2 de abril de 1990 en lo que era un basurero abandonado. Con su ingenio y tesón, ha llegado a convertir el otrora realengo en un complejo sociocultural utilizado ya tanto por organismos, centros de trabajo, la localidad e incluso, familias, para realizar allí sus actividades. Fue aquí donde Luisa Oneida decidió crear su espacio cultural, el que a pesar de solamente tener tres meses de existencia, ya ha ganado un arraigo importante en la población.

Dos integrantes del grupo de teatro infantil de la Casa de Cultura del reparto Guiteras, “Fantasía del Bahía”, Marieli Martínez y Alejandro Teuma, acompañados a la guitarra por la metodóloga de creación, Milenis Alderete, cantaron y recitaron poemas.

Luego, la conductora del espacio, Luisa Oneida, le pidió a la invitada que leyera sus poemas. Bárbara comenzó reconociendo que “si estoy hoy aquí con ustedes, es solamente gracias al blog del Grupo Ala Décima, Cuba Ala Décima, y a las relaciones establecidas con su presidente, Pedro Péglez González, quien al conocer de mi visita a Cuba, me propuso un increíble programa de actividades y ante su pregunta de si estaba de acuerdo con ello, le respondí: ¡¡Sí!!...”

A continuación regaló algunos de sus poemas, comenzando por Busco una luna perdida, y cerró su primera intervención con el primer poema suyo publicado en Cuba Ala Décima, La otra historia.

En la actividad se encontraba presente uno de los tripulantes del barco Playa Girón durante el viaje que en 1969 realizara el cantautor Silvio Rodríguez, Iraldo González Hernández, protagonista del recientemente estrenado documental Hombres sobre cubierta, quien narró anécdotas de aquel viaje y leyó varios de sus poemas, incluyendo aquel que le dedicó a Silvio y que le leyera personalmente durante la filmación del mencionado documental.

También leyeron sus poemas varios de los participantes, entre ellos, la joven decimista de 19 años de edad, residente en el municipio de Guanabacoa y mención en el recién concluido concurso de glosas “Canto alrededor del punto”, Lisbet Alemán Murga.

Para cerrar, luego de vernos obligados a cambiar de escenario por la lluvia, la poeta chilena volvió a hacer la delicia de todos los presentes con varios de sus poemas. Luego, Luisa Oneida recibió una grata sorpresa: sin que supiera nada, le fue celebrado su próximo cumpleaños, el venidero 25 de agosto, por funcionarias de la Casa de Cultura, el propio Leyva y otros integrantes de la peña, quienes le hicieron entrega de presentes.

Ofrecemos aquí el poema con que Bárbara inició la lectura de sus textos:

BUSCO UNA LUNA PERDIDA

La he buscado entre las sombras,
entre raíces y ramas,
las sábanas de mi cama
supieron cómo se nombra,
cuando perpleja se asombra
mi conducta de no hallarla
y el viento celeste parla
su idioma de torbellino,
en los viejos remolinos
que giran sin encontrarla.

No la encuentro y la tormenta
feroz desata su furia,
rebelión de esta penuria
que en sus dolores violenta,
las artes del que se ausenta
llevándosela consigo,
guardada bajo el abrigo,
perdida entre sus ropajes,
la luna que en el paisaje
tan tenazmente persigo.

Persigo a la luna y
de su distancia reniego,
grito con lengua de fuego
la llama que prende en mí,
el huidizo colibrí
que entre sus plumas se lleva
la sanadora y longeva
esfera de luz, mi luna…
maldita sea la fortuna
que dicta tan dura prueba.

Dura prueba he de salvar
para encontrar lo perdido,
se han de aguzar los sentidos
en el intenso buscar
huellas de luna al andar
por los caminos umbríos,
voy sorteando los desvíos
que me confunden y acaso
halle la luna en pedazos,
desnuda y muerta de frío.