De Guatemala

Chong Lee,
el doctor

Por Modesto Caballero Ramos

Cuando en el 2006 visité Guatemala, uno de los poetas con los que compartí durante mi estancia allá, fue con un médico cirujano. Me lo presentaron simplemente como “Chong, el doctor”. Miré con agrado las facciones asiáticas del recién conocido. Era un hombre maduro que al mirar, brindaba esa tranquila transparencia de los de su origen. Me percaté de que le interesaba el tema sobre el cual iba a impartir el taller: la décima. Entonces quise saber más de él y alguien me dio algunos datos:

Chong Ging Lee Duarte, medico y cirujano, guatemalteco. Presidente de la Comisión de Defensa Gremial del Colegio de Médicos y Cirujanos de Guatemala (1984-1985), Promotor de la firma de la Paz en Guatemala (1985-1990), ganador de varios concursos de pintura y literatura a nivel nacional, fundador y coordinador de la Revista del Centro Histórico (2002-2005), Coordinador de los “Cuadernos de Extensión Universitaria” (2005-2006), ha editado dos libros de versos, Retorno al amor y Contra viento y marea.

Sin tan siquiera insinuárselo, se entusiasmó con la posibilidad de publicar mi libro Piedra de escándalo. Desde entonces no había tenido más contacto con él (confieso que todavía hoy tampoco lo he tenido, pues por confidencias de Roberto Cifuentes, al doctor no le gusta trabajar la computación, al menos la internet). Fue miembro fundador del Club de Amigos de Ala Décima, fundado allá el 23 de marzo de 2006. Pero a pesar de no habernos contactado nunca más, ahora, y a través del vaso comunicante entre ambos, Cifuentes, recibí, primero, algunos dibujos suyos sobre los cuales Cifuentes se inspiró para escribir sus décimas. Poesía y dibujo se complementan, como muestra de la gran amistad que existe entre ambos autores.

Luego recibí un conjunto de décimas escritas por él, dos de las cuales hoy Cuba Ala Décima se complace en dar a conocer.

A MI MANERA

Siempre viví a mi manera;
la vida quiso domarme
intentando sojuzgarme,
pero en mi propia ribera
yo forjé mi primavera.
Quiso la triste amargura
entristecer mi ternura,
pero ni la penitencia
pudo cambiar mi existencia,
ni quitarme la ventura.

FÉRTIL PRIMAVERA

En la íntima habitación
donde mi cuerpo reside
y nuestro amor coincide,
ocupa mi devoción…
Tú, mi joven ilusión.
Secreta luz de mi altar
donde voy a suplicar
que tu fértil primavera
se eternice en mi ribera
y tus aguas en mi mar.