Rolando Ávalos en la peña
sede del Grupo Ala Décima

El joven poeta, reciente ganador del Premio de décima de Tuineje, ofreció una lectura para los contertulios

Fotos: Carlos Castro

Rolando Ávalos Díaz (Ciudad de La Habana, 1988), joven poeta recientemente laureado con el primer premio (compartido) en el VIII concurso internacional de décima de Tuineje, en Canarias, España, fue en días pasados el invitado de la peña semanal de la biblioteca Tina Modotti, sede principal del Grupo Ala Décima. Fue su segunda asistencia a este espacio, porque antes había acudido aquí para la premiación de nuestro X concurso nacional, correspondiente al 2010, cuando Rolando recibió mención por su cuaderno Fotos del otoño, la cual se sumó a otros resultados anteriores de este autor que cultiva por igual la poesía y la narrativa.

En esta nueva visita, invitado por Ala Décima para compartir con él la alegría del galardón que acaba de recibir, el joven escritor intercambió con los contertulios acerca de sus inicios en la literatura, motivado por su familia, en la cual hay otros creadores, y se refirió a su participación en la cercana experiencia de contralectura realizada en el Pabellón Cuba. Rolando leyó numerosos poemas en versos libres de un cuaderno en preparación, y en cuanto a la décima, para sorpresa de no pocos asistentes, dio muestras de sus dotes como repentista respondiendo a pies forzados del público, además de dar lectura a varias estrofas de su cuaderno ganador en Tuineje, titulado El mar que tiene raíces. De esa obra ofrecemos la décima inicial:

Entre dos puertos, el mar
con su salada distancia,
acuática redundancia,
fondo imposible de anclar.
Ni Jesús pudiese andar
su planicie cristalina.
En un puerto, bailarina
me esperarás. ¿Medio muerto
llegaré al ignoto puerto
o me ahogaré? Adivina.