Esta cárcel de aire puro
se presenta el jueves 10

El segundo tomo de Esta cárcel de aire puro. Panorama de la décima cubana en el siglo XX —rigurosa antología de Mayra Hernández Menéndez y Waldo González López, cuyo primer volumen (1900-1959) se publicó en el 2009— será presentado por la Casa Editora Abril este jueves 10 de febrero, a las tres de la tarde, en La Pérgola del Pabellón Cuba. Esta nueva oferta incluye a los más jóvenes decimistas (nacidos entre 1960 y 1995). Ofrecemos un fragmento de su prólogo y las estrofas de los autores con que abre y cierra la selección, respectivamente:

La décima (forma popular nacional, define Feijóo), nutrida con la mejor tradición y renovada con aliento cubano-universal, está vívida, tan vital entre lo más granado de nuestra cultura. Surgida en España siglos atrás, es ya cubana (antillana y latinoamericana, por supuesto), gracias a las significativas aportaciones con que la han dimensionado muchos autores nuestros desde el XVIII hasta este XXI.

Para quienes aún desdeñan torpemente nuestra secular y perdurable estrofa —otra de las maravillas de la poiesis, conocimiento—, van dirigidas (de nuevo, como en el tomo I) estas lúcidas palabras del maestro cienfueguero Samuel Feijóo, de cuya sabiduría tanto aprendimos sus escasos discípulos, colegas y amigos.

MARCOS A. CALDERÓN
(Jatibonico, Sancti Spíritus, 1960)

MISA PARA UN BRISOTE

Sobre este mar para misa
repican las catedrales
vuelan tejados, cristales
me deshacen la camisa.
Apuro el paso, la brisa
el recuerdo me provoca.
Busco esteros, una roca
ancla en mi pecho los brazos
y se desviste a pedazos
un potro sobre tu boca.

A PUNTO DEL ADIÓS

¿Quién andará más aprisa
que yo sobre tus pezones?
¿De quién amando supones
te dinamite la risa?
Palomas en la cornisa
desataré. Si me dejas
descenderé de tus cejas
a enervarte los sentidos
y haré nido en los latidos
amatorios de tus quejas.

SUSET GONZÁLEZ RODITI
(Ciudad de La Habana, 1995)

EL ÁNGEL DEL SILOGISMO

(Fragmentos)

Ángel mío, con tu muerte
—flecha de un arco de hielo—
El polvo no volvió al polvo,
Pero el sueño volvió al sueño.

I

Esta nave que me embarga
no destroza la porfía.
La noche con su manía
hace la espera más larga.
Si te vas, quedo en amarga
nostalgia de mala suerte,
puñal que penetra fuerte
profundiza en mis entrañas,
vestido de telarañas
ángel mío, con tu muerte.

IV

Hago diana al silogismo
con la punta de una estrella,
cada consejo se mella
prodigado en el abismo.
Voy a entregarme a lo mismo
que me ha robado al pequeño,
en este jardín sin dueño
muero de tanto pavor,
porque se estrujó la flor,
pero el sueño volvió al sueño.