de Chanito Isidrón
el viernes 19
Inestimable tributo a uno de los más altos exponentes de la décima popular cubana del pasado siglo —Cipriano Isidrón Torres, Chanito, El Elegante Poeta de Las Villas, Calabazar de Sagua, Villa Clara, 1903-1976— es el libro Recuento: memorias de puño y letra de Chanito Isidrón, compilación de Amor Benítez Hernández, con la colaboración de Beatriz Sosa Díaz-Quibus y María Esther Díaz Rodríguez, especialistas del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado.
Esta institución y
En el prólogo al referido título, el Doctor en Ciencias Filológicas Virgilio López Lemus, también poeta, valora que “la poesía, que es múltiple como la vida, sale ganando en este tomo un instante de frescura y espontaneidad. Con Chanito Isidrón como lectura, entramos con ojos asombrados a una de las figuras legendarias de la cultura tradicional popular y del repentismo radiofónico del siglo XX cubano”.
El volumen, que recoge también testimonios de varios de los más importantes poetas de Cuba que compartieron escenarios y vida con Chanito, será presentado por la Doctora María Teresa Linares y el destacado poeta repentista e investigador Alexis Díaz-Pimienta, ocasión en que podrá disfrutarse de una muestra de las décimas humorísticas de Chanito en voz de de los improvisadores Emiliano Sardiñas y Luiz Paz (Papillo).
(Vea versiones de la información en Diversarima y Trabajadores).
Del estudio titulado DE YUCA Y PAPAYA (EROTISMO INGENUO EN LA DÉCIMA POPULAR CUBANA), de Ricardo Riverón Rojas, publicado en nuestra sección Decimacontexto, la composición «Nadie escarmienta por cabeza ajena», del genial poeta humorístico Chanito Isidrón:
Todo el que a casarse va
porque necesita abrigo
siempre encuentra a un buen amigo
que un mal consejo le da.
Yo no sé por qué será
que el hombre que se ha casado,
cuando mira a otro embullado
que busca su misma base,
le dice que no se case,
que ese es un paso mal dado.
Sabe el hombre la misión
amarga del que se casa,
pero cuando ve la masa
se le alegra el corazón.
Eso es igual que el ratón:
ve que otro ratón cualquiera
cae en la trampa y quisiera
huir del triste destino
pero el olor del tocino
lo lleva a la ratonera.
Yo también había jurado
cuando joven, no casarme,
para luego no encontrarme
pobre, hambriento y remendado.
Luego aquí por el Vedado
me enamoré de Pilar,
y esa sí me ha hecho rabiar
y maldecir mi destino,
porque me enseña el tocino
y no me deja llegar.
Miren, Manuel el Gallego
se casó con Rosalía,
que allí si es verdad que había
tocino hasta para luego.
Manuel quiso entrarle, ciego,
pero ella, que es algo cruel,
anda con Juan y Miguel
y con todo el que se asome,
y ahora todo el mundo come
tocino, menos Manuel.
Etiquetas: décima, Feria del Libro, humor, libro, poesía
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