Cuba Ala Décima

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martes, marzo 24, 2009

Nuevo diálogo

La casa,
un árbol
y el hijo (I)

A partir del último verso de una décima surge este diálogo: “La casa, un árbol y el hijo” es la frase final de una estrofa perteneciente al poema Últimos días de una casa, del decimario Toque de queda, Premio Iberoamericano Cucalambé 2005, del destacado escritor Carlos Esquivel Guerra (Colombia, Las Tunas, 1968). Con ese sugerente verso como pie forzado, coordinó para Cuba Ala Décima esta controversia el poeta y músico popular Ramón Espino Valdés, nacido en Las Tunas, Cuba, en 1956 y actualmente radicado en México. En el intercambio, del cual ofrecemos la primera parte, toman parte ya 13 poetas de diferentes países.


( 1 ) Casa: ante ti sólo queda
polvo del sueño lejano
y una foto sobre el piano

perdido entre la humareda.
Casa sin mí, qué nos queda:

una cruz, el cuerpo fijo,
un tiempo que nos maldijo,
y lo que di al universo:
mi única forma del verso,
la casa, un árbol, y el hijo.

Carlos Esquivel Guerra
Las Tunas, Cuba.


( 2 ) Si realizado me siento,
y por el bien ascendí,

es porque José Martí
me dio luces y aposento.
Viajo en las alas del viento;
turbios senderos elijo;

a mis neuronas exijo
que mis décimas cubanas
siembren todas las mañanas

“la casa, un árbol y el hijo”.

Ramón Espino Valdés
Las Tunas, Cuba.


( 3 ) El humano de verdad

a diario busca su altura,
convive con la natura

pero siempre en sociedad.
En pos de prosperidad
elabora un norte fijo
y con ímpetu prolijo
con el entorno concuerda,

por eso siempre recuerda
¡la casa, un árbol y el hijo!”

Fidel Alcántara Lévano
Moquegua, Perú.


( 4 ) Del árbol sacó madera,
de su sangre la simiente,

y el verso dice qué siente
la pacha mama alfarera.

Que como una amasandera,

revolviendo su amasijo,
le dio a la vida cobijo

en su vientre de mujer,
porque otros puedan tener

"la casa, un árbol y el hijo".

Bárbara Calderón
Concepción, Chile.


( 5 ) Mi padre me dijo al irse:
Hijo, debes recordar
que los hombres al pasar

por la vida, al despedirse,
deben dejar donde asirse

una pizca de su alijo
al menos. Eso me dijo
entre mis brazos, mi viejo:

mirad, hijo, cuánto dejo:
"la casa, un árbol y el hijo".

Modesto Caballero Ramos
Mayarí, Holguín, Cuba.


Para comunicar vía email con Ramón Espino, coordinador de este diálogo, por la dirección ramonev49@yahoo.es
o por la dirección revaldes2000@yahoo.es

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