Con el Che en sueño de proa
Un joven poeta decimista
evoca al Guerrillero Heroico
El 14 de junio vinieron al mundo dos figuras emblemáticas para la historia de Cuba y Latinoamérica: Ese día, en 1845, en Santiago de Cuba, nació Antonio Maceo, quien llegaría a ser Lugarteniente General del Ejército Libertador que rompió las cadenas con las cuales el coloniaje español atenazaba a nuestra Patria. Ese día, en 1928, en Rosario, Argentina, vio la luz primera Ernesto Guevara de
—El primer viaje del Che en nombre de la Revolución
—El Maceo de Lescay
Y en la del periódico Juventud Rebelde:
—Jóvenes honran a Maceo y al Che en la provincia de Granma
Precisamente un joven poeta decimista, periodista de Juventud Rebelde, evoca al Che en estas estrofas: Jesús Arencibia Lorenzo, nacido en Pinar del Río en 1982. Su preferencia por la poesía en décimas le llegó desde niño por su abuelo, de quien también heredó el bíblico nombre. Llamarse así ha sido para él justificado motivo de orgullo, por su ascendencia y por ser también el nombre de un grande de la décima cubana, Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí. Textos periodísticos de Jesús Arencibia, publicados en ese órgano de prensa, pueden verse aquí mediante estos enlaces: El abogado de la mafia en Cuba y El último camello y los próximos combates. Otros poemas suyos en décimas, aparecidos en este sitio, son Abrazo, Brújula, Naborí e impalabra.
Este hombre que no envejece,
este hombre trueno y arcilla,
hombre de hombro maravilla,
ráfaga de azul que crece,
este hombre que me parece,
hambriento siempre de hazaña,
este hombre que me regaña
desde el afán sostenido,
este hombre multilatido,
va conmigo: me acompaña.
Y mi abuelo que lo vio,
y mi abuela que lo canta,
y los cuentos donde espanta
garra y lodo que acechó,
y la moto en que trazó
la ilusión de un continente…
Todo. Todo el remanente
de su innombrable fatiga,
con qué luz dice que siga
sumando mi voz al puente.
Está ahí: en el tiempo vivo
cercano a lo colosal:
sierra, invasión, vendaval,
pala, libro, surco, estribo.
Me da su mejor motivo
—el de la espuela y la loa—.
No hay salitre que corroa
el instante de porfía
en que avistó la utopía
y nos invitó a la proa.
Suele morírseme a veces
en una errónea lectura,
o cuando alguien cree locura
dividir panes y peces.
Entonces busco los meses
que la guerrilla condensa,
veo las montañas que piensa
y descanso más tranquilo
cuando sé ya que su filo
en
Con tanta rutina hueca,
llaga moral, sueño roto…
me desilusiono y voto
por la soledad que impreca.
Pero hasta de un ala seca
rompe vuelo el «nacedor»,
vuelve a insuflarme el vapor
para abrir de paso en paso,
y siento en él el abrazo
del más humano temblor.
Para comunicarse con el autor vía email: arencibia@jrebelde.cip.cu
Vea en Juventud Rebelde el reportaje ¿Cómo acompaña el Che a los jóvenes cubanos?, por Mileyda Menéndez, Rogelio Polanco y Jesús Arencibia. (Medio siglo después del ascenso del Che a Comandante, en Llanos del Infierno, un grupo de lectores del periódico de la juventud cubana subió hasta ese intrincado sitio de
Etiquetas: aniversario, décima, Historia, jóvenes, poesía
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal