Arístides Valdés Guillermo,
médico, poeta y cronista
Junto a otros médicos iniciadores de
En octubre del 2003, un grupo de 36 médicos cubanos llegó al municipio de Peña, en el estado venezolano de Yaracuy, para iniciar allí
La conjunción de ambas profesiones nunca ha sido contradictoria para Arístides, quien se mantiene trabajando en la patria de Bolívar, empeñado además en incorporar las experiencias allí vividas a su creación literaria. Para estos fines, uno de los medios que emplea es una página personal que ha colocado en Internet, desde el pasado mes de noviembre, bajo el título de Pólvoras de alerta, que recomendamos visitar.
En este nuevo espacio abierto por Arístides conviven armoniosamente, junto a poemas y análisis literarios, crónicas como la titulada Notas sobre Barrio Adentro, que concluye con la siguiente valoración:
“Hablar de los logros alcanzados por la misión Barrio Adentro durante los más de cinco años transcurridos, es una tarea que en estos momentos, por fidelidad a los principios que sustentan, no les corresponde a sus protagonistas. Hay realidades que, al hacerse tangibles, aun cuando los partidarios de la sombra se empecinen en tergiversarlas, no admiten ser despojadas de su encanto ante los ojos de las mayorías. Todos los humanos, con independencia de sus credos políticos o religiosos, tienen derecho a que se les garantice gratuitamente la solución de sus problemas de salud. Para los médicos cubanos, la vida de uno solo de ellos continúa significando más que toda la fortuna del hombre más rico de la tierra”.
(Ampliado de Trabajadores)
Ofrecemos décimas de Arístides publicadas en Pólvoras de alerta.
BALSA FLOTANDO AL SUR
Lluvia gris. El aire huele
a pobreza humedecida
y, aún latente, la embestida
de una ponzoña nos duele.
Algo reclama que vuele
contra el odio la bonanza.
Gruñe la sombra: nos lanza
mordeduras de salmuera,
y abiertamente acelera
sus latidos la esperanza.
Llora un niño. La tristeza
lo lastima noche a noche
y, ajeno, muestra el derroche
su oropel. ¿Habrá belleza
si no existe la nobleza
de la equidad? El cariño
será luminoso armiño
sólo si la unión se funda
y, levantándose, inunda
los ojos de cada niño.
Hacer por el bien de todos
nos eterniza. La muerte
no es realidad cuando advierte
que se lucha. Los beodos
de rabia diseñan modos
de anularnos el encuentro,
y se agazapan al centro
de la bruma y el barranco,
porque un ejército blanco
marcha corazón adentro.
El dolor debe cuidarse
también de su propia España.
Trocar la duda en cizaña
no es difícil. Desnudarse
podría ser como armarse
para escalar. Si la roca
junto al agua se coloca
tórnase arena. Es urgente
rozar la luz de la frente
cuya estrella nos convoca.
Roto el llanto, se desvive
por su entierro la familia
y así la paz se concilia
con el cuerpo. Quien suscribe
su verdad sólo percibe
que el tiempo siempre es escaso
para iluminar el paso
del futuro. Viviremos
tranquilos cuando enviemos
las penumbras al ocaso.
Vea el poema en su publicación original, mediante este enlace con Pólvoras de alerta, el blog de Arístides Valdés Guillermo.
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