Walter González, un joven
escritor de Guatemala

Hoy sábado 19, encuentro
de poetas decimistas
en esa nación. Vea más
en Guatemala en décimas

Por Modesto Caballero Ramos

Crecer hacia arriba es la esencia natural de las cosas. Yo repito que ahora mismo, en Guatemala, la décima está creciendo vertiginosamente hacia arriba. Anteriormente, en el trabajo sobre Roberto Cifuentes Escobar, hicimos referencia a un joven creador, Walter González, poeta versolibrista y narrador, que jamás había tenido roce con la décima, su técnica y su estructura. Fue todo un hecho casual —al menos así les damos en llamar a los sucesos que los hombres no podemos interpretar del todo— mediante el cual, Cifuentes, ya contaminado de mala manera con el virus de la décima, se encontró con Walter González aquella tarde del 26 de abril del presente año, en el patio de La Casa Águila, allí en Cuatro Grados Nortes, céntrico sitio de mucha vida social y comercial de la Ciudad de Guatemala, en medio de una feria del libro. No se conocían, y Cifuentes, como si fuera un moderno Discípulo, iba pregonando sus Nuevas Escrituras, hasta que un oído receptor se interesó. Entonces acopió sus datos:

Walter González (1981), escritor y poeta, nacido en Totonicapán, Guatemala, dedicado al Derecho, estudiante de la Universidad de San Carlos de Guatemala, autor del poemario inédito Como las ostras del mar y coordinador en el club de lectura del Instituto Guatemalteco Americano en la Ciudad de Guatemala.

No tuvo el nuevo profeta que esperar mucho por la respuesta del nuevo discípulo. Al otro día ya Walter le estaba enviando vía email sus primeras décimas:

AMANTE SECRETO

Bella y fugaz fantasía
en el solaz matutino
es el vapor femenino
de tu cobija que envía
dulces resquicios del día
al fiel amante discreto
que ha de permanecer quieto
pues en la sombra seguro
le hace sufrir el futuro
inexistente secreto

MIRADA

Veo relucir tu mirada
mirada que me cautiva
arma flagrante que esquiva
la criba y también la espada
lanza que en una tirada
parte la carne y el hueso
antes que ganarse un beso
de quien no pudo evadirla
aunque no quiso seguirla
mal fue su eterno tropiezo

EFÍMERO

Vela de noche encendida
llanto de cera al costado
alma que en humo ha volado
imagen de la caída
del ser humano que olvida
cuán breve es nuestra existencia
vive con indiferencia
pétalo que se revuelve
con viento que no devuelve
ni le regala clemencia

Pero Walter ya ha comenzado a dar muestra de su talento y perspicacia. Ha estado haciendo algo que es lo recomendable. Leer mucho, en este caso, décimas. Recientemente nos envió la propuesta que a continuación mostramos:

La mañana es el residuo de la noche y sus victorias,
es un recuento de historias dudables.

Un individuo madruga,
otro es asiduo al buen dormir,
otro más solo siente que la paz silente vive en su cama,
por eso se aferra al drama de no levantarse hoy.

Mientras tanto…

Yo aquí estoy
soñando a la misma dama…

Esto demuestra lo que hemos venido diciendo reiteradamente, tanto en estos trabajos, como en la entrevista que me hiciera Cifuentes y que fuera publicada en el diario La Hora: en Guatemala, hay un campo virgen y fértil para que la décima se entronice vigorosamente.

Vea fragmento de La musa del blues, decimario de Walter, mediante este enlace con su blog Castor y Pollux.