¿El decimista nace o se
hace?
La pregunta es recurrente
desde hace mucho. Las respuestas han sido variadas, según quien conteste. Y las
dudas, muchas todavía. En mi parecer, hay de todo un poco. No hay quien niegue
la necesidad de forja individual para cualquier disciplina, al tiempo que los
hechos se empeñan en indicar que hay, desde quién sabe qué momento de la
evolución vital del ser humano, una marcada predisposición hacia determinada
función. En el caso de los poetas decimistas, es bastante frecuente, al menos,
la aparición de esa inclinación en edades tempranas. A Alexis
Díaz-Pimienta lo conocí cuando era muy niño y ya improvisaba décimas en el
acto de inauguración de lo que con el tiempo sería la Ciudad de los Pioneros
José Martí. Por su parte el periodista y escritor Yoerky
Sánchez Cuéllar, apasionado por la escritura de la llamada poesía de
ocasión —modalidad para la que ha habido, hay y habrá un espacio siempre—,
comparte ahora con nosotros —gesto de cariño que le agradecemos— estas décimas
que escribió, cuando tenía 11 años, para el acto de fin de curso de sexto
grado, en su escuela primaria Reinaldo Urquiza, de Manicaragua, Villa Clara.
1-
Junto a Clarita, a Victoria,
a Magaly, Neisy y Mario,
crecí revolucionario
y aprendí a amar la
historia.
También llevo en la memoria
a mi maestra Noelia;
también mi maestra Amelia,
la profesora María,
que me inculcaron día a día
a respetar la gran Celia.
2-
En este centro escolar
estudió un poeta niño
y estudió con gran cariño
para con fuerzas triunfar.
Por eso voy a estudiar,
a estudiar con más tesón,
a estudiar con más pasión
en esa gran secundaria,
pero mi escuela primaria
la llevo en el corazón.
Julio
de 1995
Etiquetas: décima, jóvenes, niños, poesía, reclamo, solidaridad
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