VIII concurso nacional
Ala Décima

Premio Décimas
de tema ecológico

Voz de abierta noche amarga,
de Mariana Pérez Pérez

Foto: Tamara Gispert

En el recién concluido VIII concurso nacional Ala Décima, uno de los premios accesorios, el de Décimas de tema ecológico, auspiciado por la Peña de Míriam Peña, de Velazco, Holguín, recayó en el cuaderno Voz de abierta noche amarga, de la poetisa Mariana Pérez Pérez (Santa Clara, 1951), también investigadora. Mariana es graduada de Licenciatura en Filología, especialidad Lengua y Literatura Hispanoamericana y Cubana, por la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, en el año 1983. Diplomada en Cultura Cubana. Ha cursado estudios de postgrado de Narratología y Teoría Literaria, entre otros. Es miembro de la UNEAC. Durante los últimos años se desempeñó como investigadora del Centro Provincial del Libro y la Literatura de Villa Clara. Su obra en versos e investigativa ha sido reconocida en numerosos certámenes. Tiene publicados, entre otros, los títulos La nostalgia domina los rincones (poesía, Editorial Capiro, 1992); Cierta llama (décimas, Ed. Capiro, 2001); y La desnudez oculta (poesía, Ed. Capiro, 2005). Figura en la selección poética Mujer Adentro (Editorial Oriente, 2000), en la antología poética del proyecto Inter-Red 2005 de la Editorial Nuevo Ser en Argentina, y en Antología cósmica de la poesía femenina en Cuba (Frente de Afirmación Hispanista, México, 2007). De Voz de abierta noche amarga, ofrecemos un poema.

POSTALES NECIAS

Yo sé que a nadie le importa
lo que tengo
como a nadie le importa
que el mundo se deshaga.
Concha Méndez. “Yo sé que a nadie le importa”

Vives comprando postales
de colores, que se abultan
sobre este mundo, y ocultan
bajo un paisaje tus males.
Cuanto tienes –dicen– vales,
y por moneda te corta
el tesoro de la aorta
quien solo estima los precios,
pero un mundo de hombres necios
yo sé que a nadie le importa.

La necedad se divisa
en prestidigitadores
que engañan a los deudores
de una vida que anda aprisa.
Tesoros nunca precisa
la región a donde vengo.
De porfiados me prevengo
y huyo de la presunción,
porque solo es corazón
lo que tengo.

Cargará el petulante
la idiotez de su oro,
sin mirar lo incoloro
de la moda cambiante.
Él se juzga elegante,
y la mente se acorta.
¿Y al mundo qué le aporta
su figura vacía?
Yo renuevo la mía
como a nadie le importa.

Se lanzan vaticinios
sobre el fin de la era,
y, en medio de la espera,
litigan los dominios.
Hay odio en los designios
y leyes. A la zaga
podrá quedar la plaga
de una estirpe maldita,
si el Hombre de hoy evita
que el mundo se deshaga.

Para comunicar con la autora vía email: marianaenriqueta@gmail.com