Una poetisa
que cura
enfermos

La endocrinóloga tunera Martha Rosa Fernández tiene dos pasiones: curar el cuerpo y el espíritu de los seres humanos

Por Pedro Péglez González
Fotos: Carlos Castro
Ampliado de Trabajadores

“Entonces ella es una poetisa que estudió para médico”, dijo alguien con honda sabiduría popular cuando la presentamos en la peña que cada lunes se realiza en la biblioteca Tina Modotti, de Alamar.

La pasión que pone en su desempeño como trabajadora de la salud la médico endocrinóloga Martha Rosa Fernández, quien cada día atiende a decenas de pacientes en su consulta del hospital provincial de Las Tunas, se confunde hasta hacerse una sola con la pasión que pone como poetisa y narradora, con varios reconocimientos alcanzados en certámenes literarios, y libros publicados por la tunera Editorial Sanlope, fundamentalmente en la especialidad de literatura para niños y jóvenes, el más reciente de ellos titulado Travirrumba.

Martha nació en 1961 en el territorio donde reside, y también en su entorno familiar se expresa esa dicotomía de devociones: Está casada con un médico oncólogo, y la mayor de sus dos hijas, Lorena, estudia Filología en la Universidad de La Habana.

En estos días estuvo Martha Rosa por la capital del país, como participante del XIII Congreso Latinoamericano de Diabetes y el VII nacional, que comenzó el lunes 12 y se extendió hasta el miércoles 14, con sede en el Palacio de las Convenciones. El primero de esos días se “escapó” del evento: se excusó con sus colegas de la Medicina y, tras varias peripecias con los ómnibus del transporte urbano, atravesó la ciudad para llegar a Alamar, acompañada de su hija Lorena, para encontrarse con sus colegas de la poesía y participar en la peña de la biblioteca Tina Modotti.

Allí fue recibida con los brazos abiertos por poetas y público de la tertulia, que escucharon la lectura de sus textos poéticos para adultos y para niños, admirados de esa doble devoción suya, la de ayudar con su talento y su tesón a curar el cuerpo y el espíritu de los seres humanos.

En la obra de Martha Rosa ocupa la décima un sitio de cariño. Este año, en el III concurso nacional Décima al filo, ella mereció el Gran Premio con su obra Espuma y azar, y en el concurso nacional de glosas “Canto alrededor del punto”, otorgado en la Jornada Cucalambeana, recibió primera mención con las décimas que ofrecemos a continuación.

PARTIDA

Ya no podré ser Siddartha
Llegué roto a ese peñón
donde reía el halcón
sin la paloma Se aparta
Pedro Péglez González

Si diciembre me recibe
en la frialdad de su vientre
hecho de nubes no entre
en mi recinto no exhibe
mi soledad su declive
ni la humedad se me aparta
aunque este bosque reparta
sabios consejos del río
si no escucho el desafío
ya no podré ser Siddartha
si mi verdad se estremece
con el viento y no consigo
encontrar ningún testigo
de mi cordura envilece
mi cuerpo mientras padece
de veleidad mi razón
entre el viento y el balcón
del mañana hay una brecha
un laberinto que acecha
llegué roto a ese peñón
si el filo de mi ignorancia
me hiere y es esa herida
quien decide la partida
no romperé con mi infancia
no quiero ser la que escancia
un mal vino del jarrón
no es la fuerza de un ciclón
quien me destruye la fuerza
ha partido está dispersa
donde reía el halcón
si mi piel está raída
y se exponen mis intentos
si las olas en sus lentos
vaivenes retan mi vida
no le temo a la partida
me vestiré cuando parta
de sueños y piel de marta
de reflejos y aguamiel
y lloraré pues mi piel
sin la paloma
se aparta

Puede comunicarse con la autora mediante la dirección email de la Casa Iberoamericana de la Décima El Cucalambé, de Las Tunas: cdecima@tunet.cult.cu