En Matanzas,
VI Juegos Florales
esta semana
Se presentará el decimario
Donde dice primavera y es otoño
A partir del viernes 16 y hasta el domingo 18, Matanzas estará de fiesta literaria con los VI Juegos Florales del tercer milenio, que en esta edición rendirán tributo a la memoria de las poetisas yumurinas María Villar Buceta y Luisa Molina y homenajearán al veterano poeta e investigador matancero Juan Luis Hernández Milián, que tomará parte activa del programa previsto.
La agenda da inicio en la mañana del viernes en el Parque de la Libertad y transcurre con diversos encuentros en los cuales intervendrán los escritores junto a la población en general, para cerrar el fin de semana en el Centro de Promoción Literaria José Jacinto Milanés, institución organizadora de los Juegos, cuyo renglón competitivo será este año en los géneros de ensayo (como disciplina principal, en la que se concursa con un libro inédito), poesía, poesía para niños y teatro.
El libro premiado el pasado año, en ocasión de los V Juegos, fue el decimario Donde dice primavera y es otoño, de Pedro Péglez González, que será dado a la luz por Ediciones Matanzas en la mañana del sábado 17, como resultado de un equipo de realización encabezado por su editor, Bárbaro Velazco.
Sobre María Villar Buceta y Luisa Molina se dictarán sendas conferencias —a cargo de los ensayistas Osmany Pérez Avilés y Marta Lesmes, respectivamente— y dos plaquettes con poemas de ambas serán presentados por la colección “Manglar y uvero”, de Ediciones Matanzas.
De Donde dice primavera y es otoño, son estas estrofas:
LA FUGA DEL
Con permiso de Milanés
Se fuga el ala, José Jacinto.
El ala. El ala es lo que se escapa
tras su nodriza de negra capa
que le da el seno de néctar tinto
como el silencio. Del vil recinto
donde con tules de piedad cruel
nos acorrala tu(ya) Isabel,
sólo es el ala lo que se fuga
y hay en el cielo como una oruga
que la amordaza con blanca miel.
¿Qué huida es esa? ¿Por qué del nido
del estro errante pudo partir?
¿Cómo la celda —blando zafir—
osó dejar en azul olvido?
Las hojas caen en un crujido
culpable. Caen de algún retoño
que ha claudicado de ser bisoño,
José Jacinto, para ser rala
y muda alfombra. Y gime el ala,
herida y presa por el otoño.
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