La autora de Niña de agua, con su hija Marla.
Dicen que escribir para niños es, de algún modo, retornar a la infancia. Tal vez por eso me causa esta sensación de autorretrato el poemario Niña de agua (Editorial Extramuros, 2008), de Elizabeth Lores (Ciudad de
Elizabeth es graduada de la primera promoción del Curso-taller Historia y práctica de la creación poética y aparece en su antología Bienaventurado el árbol que camina. Cultiva la poesía en todos sus registros, pero siente preferencia por los niños como público lector y tiene para la décima un sitio de reverencia. Por eso no es casual que en su Niña de agua —escrito para los pequeños al igual que su ópera prima, Don Cepillo canta, del 2003— encontremos esta tierna evocación en estrofas de diez versos, de la cual brindamos dos:
AZUL CON LUNA
(Fragmento)
3
Luna, luna cascabel
de tus noches, mi pequeña,
el día es una cigüeña
con el azul por clavel.
Soy la casa de papel
donde se estrenan tus alas
y en cada batir exhalas
las primaveras que engendro.
Duendes de azahar y de almendro
en tu risa me regalas.
4
Paloma silvestre, brío
que se funde al horizonte,
azul con luna, azul monte,
gotita tierna del río,
el espejo del rocío
donde tu cabello es grana,
ilumina la ventana,
raíz de mi cuerpo adentro
y tu sonrisa es el centro
que respira la mañana.
Etiquetas: Cotorro, décima, jóvenes, libro, mujeres, poesía para niños, premios
1 Comentarios:
A la/s 5:51 p.m., Anónimo dijo...
Escribir para ninos, mas que un placer, es un orgullo. Ese fragmento de poesia que expones aqui es muy bello. Es reconfortante saber que existen en Cuba tan buenos poetas.
Un saludo,
Carli C4, poeta cubano.
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