Cuba Ala Décima

Ah, décima,
cier

vo alado… (I)

El desafío del pie forzado para los poetas improvisadores —y también para los escritores de décimas que gustan ejercitarlo— se ha ido quedando corto con el desarrollo general de la poesía concebida en estrofas de diez versos, tanto en la oralidad como en la escritura. De tal suerte, ya vemos cómo algunos repentistas piden al público hasta cuatro pies forzados para determinados momentos de su actuación, y se va haciendo frecuente asistir a diálogos poéticos con pies forzados dobles, como el caso de este intercambio, coordinado por nuestro colaborador, el poeta y músico popular Ramón Espino Valdés —nacido en Las Tunas, Cuba, en 1956 y actualmente radicado en México—, con la pareja de octosílabos “¡Ah, décima, ciervo alado que en venado renació!”, del poeta Marco Antonio Calderón Echemendía, de la provincia cubana de Sancti Spíritus.

( 1 ) La décima, novia breve,
tibia razón del embrujo,
sencilla flor que produjo
herencias, historia. Breve
viajera donde la nieve
de España se marchitó
y acá en la sierra parió
un guajiro enamorado.
“¡Ah, décima, ciervo alado
que en venado renació!”

Marco Antonio Calderón Echemendía
Sancti Spíritus, Cuba.

( 2 ) La décima, esposa ardiente,
que hasta en los sueños embruja,
sutilmente nos empuja
a esculpir versos. Su fuente
quizás misteriosamente
en Málaga se forjó;
por mar y cielo viajó
hasta El Cornito Encantado…
“¡Ah, décima, ciervo alado
que en venado renació!”

Ramón Espino Valdés
Las Tunas, Cuba.

( 3 ) Que mi canto sea un mar
alado de sol y arena
donde va cual Niña Buena
la décima a mi palmar.
La pasión sea el altar
donde ella se me entregó
como el agua que anegó
de vida mi verde prado.
”¡Ah, décima, ciervo alado
que en venado renació!”

Modesto Caballero
Mayarí, Holguín, Cuba.

( 4 ) Es de siglos melodía
a través del habla hispana
que del alma nos hermana
por su divina valía.
Es explosión de alegría
que el ser humano creó
y como a todos unió
por eso digo encantado,
“¡Ah, décima, ciervo alado
que en venado renació!”