De Frank Padrón,
un apócrifo en décima

La consistencia del discurso poético de Frank Padrón no es cosa nueva —“esa madurez con que parece de vuelta de todos los sinsabores y porvenires”, dice Rufo Caballero en la nota de contracubierta—. Tal solidez ya la habían validado anteriores poemarios suyos como Pura semejanza (2004) y Conversación en la luz (2006).

En Los latidos del espejo, no obstante, se me antojan más saludables los afanes lúdicos —entre ellos sus deliciosos apócrifos— y los procederes recontextualizadores de innúmeros referentes de la cultura universal. Toda una fiesta para el ejercicio de la inteligencia descubridora desde la belleza, y un nuevo “ensayo para el entendimiento humano”, con permiso del siempre bien recordado Eduardo López Morales.

Vea completo el comentario sobre el referido poemario, mediante este enlace, en nuestra sección DECIMACONTEXTO. Ofrecemos una décima que integra ese volumen, como parte de los poemas apócrifos que Frank Padrón incluyó en el libro.

FESPINELA

Sin mínimo de amargura
Aguardo amante y atento
Un día vendrá el contento
Cuando nueva, tu figura
Me devuelva la cordura
Me ponga alas en la frente
Y como eterno aliciente
Viva en mi fuente tu amor
Estrangulando el dolor
Como precioso torrente.

(Alfredo, trovador provenzal, siglo XVII)

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