Sobre el libro Bajo el lodo de Pompeya,
recién publicado por la Editorial Sanlope

Pompeya emerge
desde su lodo

Por Modesto Caballero Ramos

No lo conocía personalmente cuando en diciembre de 2006, en ocasión de cumplir una invitación de la Casa Iberoamericana de la Décima de las Tunas para acudir al Encuentro de Peñas de la Décima, llevábamos la misión de entregarle el premio por el primer lugar de la sexta edición del concurso nacional Ala Décima, correspondiente a ese año. Se trataba de un poeta joven tunero que ya en el año 2004 había alcanzado el segundo lugar en la cuarta edición de nuestro concurso. Cuando llamamos a la Casa… y preguntamos en esa ocasión por él, tampoco lo conocían, porque Wencier Pérez Ricardo (Chaparra, Las Tunas, 1976) no residía en la ciudad cabecera de la provincia, sino en ese apartado municipio y era prácticamente un desconocido en el ambiente literario de la provincia. A finales de 2007, como colofón de su prístina vocación, la Editorial Sanlope le acaba de publicar su opera prima, el decimario Bajo el lodo de Pompeya. Es la traspolación del tiempo-espacio, desde una lejanía temporal-espacial, como dice la nota de contracubierta, una reinvención de su querido Chaparra, porque Chaparra es, y no Pompeya con la magia de su leyenda, la fuerza de su bojear en el entorno íntimo de su mundo lírico. (Texto íntegro del comentario mediante este enlace con nuestra sección Decimacontexto. A continuación un fragmento de uno de sus poemas).

COORDENADAS

Veinticinco campanadas
me cicatrizan la edad,
cómplice pluralidad
de mi terruño.
Trocadas
en bitácoras salvadas
de algún naufragio,
la suerte
quiso terruño tenerte
como Ararat para mi arca.
Voy a testarle a la Parca
que me heredes a mi muerte.
Del Pentateuco tentado
al éxodo, a la promesa,
al horizonte, certeza
de este Quijote;
varado
sin un molino, ignorado
por sus quimeras,
la diana
salí a buscar pero vana
resultó mi fantasía.
Chaparra, tu lejanía
añoranza me desgrana.

En nuestra sección Premiosala, el cuaderno Abdicación del silencio, con el cual Wencier Pérez Ricardo alcanzó el Premio Ala Décima 2006.