Los versos
en el ángel
de Elizabeth Álvarez

Foto: Tamara Gispert

En Güines, provincia de La Habana, nació en 1976 Elizabeth Álvarez Hernández, de quien la Editorial Unicornio recientemente dio a la luz el decimario Un río junto al espejo, de fuertes resonancias líricas que retoman no temas, sino lo esencial poético de dos grandes autores como Dulce María Loynaz y Eliseo Diego, de trascendente huella en el espíritu de lo habanero.

En la poesía escrita en estrofas de diez versos, Elizabeth mereció el galardón cimero en el encuentro nacional de talleres literarios correspondiente a 1995, año en que también obtuvo el Premio Décima Joven de Cuba y mención en el concurso nacional Cucalambé, que repetiría en 1997. En el 2005 ganó el Premio Regino E. Boti, que convoca para todo el país la provincia de Guantánamo, y en el 2007 el segundo premio del VII concurso nacional Ala Décima.

Miembro de la UNEAC y la AHS, graduada de la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual del Instituto Superior de Arte, escritora y directora de programas en Radio Güines, sus poemas aparecen en publicaciones periódicas y antologías, y han aparecido en letra impresa sus poemarios El cuerpo prometido (Ediciones La puerta de papel, La Habana, 2000) y Un río junto al espejo (Editorial Unicornio, La Habana, 2006).

De Un río junto al espejo, compartimos con nuestros lectores un poema.

DEL ÁNGEL

Un ángel no he visto pero
si existiera, tú serías
que me enciendes alegrías
cuando en sombras desespero.
Ángel llamarle prefiero,
ángel que enamora y pasa
sin saber que tiene casa
en mi mano. ¡Qué torpeza
amarle sin ser! Empieza
otra sombra cuando traza

algún beso cotidiano,
en la mejilla su roce...
que cerca el ángel se pose
en el delirio más vano.
Me queda un fantasma sano.
Tengo fantasma. Estoy viva.
El ángel quiere que escriba,
el verso no me responde.
Tengo un ángel que se esconde
de mi amor y lo derriba.