

De Alexis
Díaz Pimienta,
Al Lector
Desde el pasado año, el reconocido poeta, narrador e investigador Alexis Díaz Pimienta (Ciudad de
(Fragmento)
Nadie está en algún día, en algún lugar;
nadie sabe el tamaño de su cara.
Borges
Hay cartas que se escriben para que no lleguen,
para que al otro lado de la voz desconfíen de todo.
(De En Almería casi nunca llueve).
(…)
Cuando comencé a escribir
estas misivas versadas
(o estas “décimas prosadas”
como me gusta decir)
no me detuve a medir
la dimensión de la Obra,
si le falta o si le sobra,
si era o no era trascendente;
me detuve, simplemente
—como nave que zozobra
frente a un arrecife eterno—
a mirarme, a contemplarme,
a palparme, a preguntarme
si lo hecho bajo el gobierno
de
flagelo de la distancia)
tenía cierta importancia
para el humano que soy.
Y la respuesta es que hoy
me estás leyendo. ¿Jactancia?
¿Engreimiento? ¿Soberbio
disparate literario?
No lo negaré, al contrario.
Puede que (poema y nervio
rotos) obviara un proverbio
latino, un refrán hindú,
rompiera un viejo tabú,
o cometiera el error
(¡ah, sacrílego escritor!)
de estar tratando de tú
a quienes no me tutean,
es decir, a los lectores.
Pero qué más da. ¿Censores
de sueños? Que no me lean.
¿Críticos que no desean
más que obras fundamentales?
Que no me lean. ¿Geniales
escritores, grandes mentes?
Que no me lean. ¿Dolientes
de
Que no bajen a mi altura,
que no me lean. Prudentes
han sido mis intenciones:
simplemente desnudarme,
fingir que empiezo a quedarme
en todas las direcciones
cuando, en realidad (si pones
atención) comienzo a irme;
fingir que empiezo a dormirme
teniendo el cerebro en vela,
fingir que hago una espinela
sólo para divertirme.
Ambigüedad de la esquela:
cuando escribo una misiva
cada palabra es votiva,
cada verso es una vela
gastándose (aunque me duela
recordarlo todavía).
Quien escribe, cada día
tuvo el corazón abierto.
Por eso, lector, te advierto
que hallarás melancolía
y otras epidemias raras
emboscadas en los versos.
Cientos de espejos inversos.
Alexis con muchas caras.
Díaz tras rotas mamparas.
Pimienta tan cabizbajo
que vas a pasar trabajo
para saber que es Pimienta.
Todo Yo en una tormenta
nostálgica del carajo.
Todas las cartas han sido
en su momento, fechadas,
pero ahora, al ser revisadas,
el tiempo me ha parecido
inútil y he convertido
en mensaje intemporal
cada carta original,
de forma que a los lectores
llegue perfume y no flores,
transparencia y no cristal.
Espero que al terminar
la lectura de estas cartas,
amigo lector, repartas
la espuma y guardes el mar.
Espero sepas hallar
luz, además de dolor.
Espero, amigo lector,
en esta correspondencia
haberte dado mi esencia
de ser humano,
El Autor
Este poema completo puede hallarlo, mediante este enlace, en su sección Epístolas espinelas, en la revista digital La jiribilla.
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