Cuba Ala Décima

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domingo, abril 29, 2007



Confesiones de
un decimista gringo

Nos escribe el amigo estadounidense Philip Pasmanick, profesor en su ciudad de San Francisco, poeta de la oralidad y ferviente estudioso de la décima en la rumba (rumbero menor se autodefine), en cuyo sitio Deciman podrán hallar una amplia muestra de su quehacer. El mensaje, ocurrente como de costumbre, es para presentarnos un texto suyo, publicado en Bienmesabe, una revista digital de cultura popular de Islas Canarias, texto que reproducimos más adelante. Pero dejemos que lo expliquen las propias palabras de Pasmanick:

Hola Pedro:
¿Modesto Caballero? ¿Ángel Valiente? Con nombres com
o estos, ¿para qué tener seudónimo? Te aviso que publiqué el mini-relato "Confesiones de un decimista gringo" (1,000 palabrines) en el periódico del canario Yeray Rodríguez, formidable repentista si no lo conoces. Le dije que te lo iba a mandar para posible republicación y no me ha dicho que no. Te lo menciono na' ma'. Muy bien lo de Papillo.

El novio de Lorenza.
(Eso es de "Amarren el perro
" de El Guayabero):

Yo fui novio de Lorenza,
una vieja quincallera
que de cada sobaquera
se podía hacer dos trenzas.
A mí me daba vergüenza

y la mantenía a raya
que del pescuezo a la saya
el churre se hacía tabacos.
Si así era en los
sobacos
cómo será en la quincalla.

El artículo lo encuentras con todo su formato intacto en:
http://www.bienmesabe.org/noticia.php?id=17886&t=1176530400&s=0
Te lo copio a continuación:

CONFESIONES DE UN DECIMISTA GRINGO
Por Philip Pasmanick, 'rumberomenor'

Philip Pas
manick, decimista de San Francisco (USA) comparte con los lectores de Bienmesabe su amor por la estrofa con la que improvisan tantas tradiciones latinoamericanas. Su entusiasmo se ha materializado en distintas iniciativas que ha colgado en la red y a las que nos convida en este artículo.

Guaguancó es lo más sublime
para el alma divertir.
Se debiera de morir
quien por bueno no lo estime.
Canto para que se anime

y que me ponga atención.
Cantamos con emoción.
Acudan a la llamada:
una rumba bien c
antada
siempre alegra el corazón.

Aprendí esta canción al compás de las tumbadoras en el ritmo afrocubano del guaguancó. Mis amigos en el parque del Golden Gate la cantaban, allá por 1980, y algo del peculiar patrón de las rimas, simétrico pero irregular, me fascinó. Empecé a estudiar y apuntar estas canciones, estas viejas rumbas cubanas, y vi que una y otra vez el mismo patrón de rimas se perfilaba.

Unos años después descubrí un libro cubano sobre Che Carballo, un dramaturgo campesino que escribía estrofas con las mismas características que estas rumbas cadenciosas. Y descubrí que las estrofas tenían un nombre: décima espinela, con una larga y noble historia literaria. Me dediqué a detectar más ejemplos entre las rumbas cantadas y grabadas, y a buscar más datos sobre la décima, pero poco hallaba, hasta que en 1995 gané una beca que me llevó a España y Cuba. En España encontré algunos recursos y artículos sobre un fenómeno aparentemente extinto, pero en Cuba topé con un tesoro de décimas y decimistas, de guateques y canturías, que me hizo ver que la décima era, por lo menos en Cuba, un fenómeno poderoso: vital, actual, y popular. Mis pesquisas me llevaron a conocer a María Teresa Linares (distinguidísima musicóloga y experta en punto cubano) (foto superior izquierda), Waldo Leyva (director del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado) (foto de la derecha) y al polifacético e inclasificable poeta Alexis Díaz Pimienta (foto inferior izquierda).

Estos tres expertos, y un montón de poetas más, que pacientemente compartieron su arte conmigo, me llenaron de tanto entusiasmo que quedé marcado permanentemente: un decimadicto perdido, un decimaniático de atar. Escribí un estudio sobre la décima en la rumba, un tema que nadie había examinado dentro del ambiente guajirocéntrico cubano, y tuve la suerte de poder presentarlo en 2001 en el coloquio-festival cubano de la Cucalambeana. Posteriormente pude participar en varios festivales internacionales en Málaga, México, Venezuela, y Cuba, donde empecé a cantar décimas y hasta a improvisar. A la vez traje la décima a mi salón de clases en una escuela primaria bilingüe, y en dos o tres años elaboré una modalidad de décima didáctica que he empleado con éxito.

Inspirado por la gratitud que sentía y siento por los innumerables poetas, músicos, y estudiosos que me alentaron y que me brindaron su amistad y comprensión, en diciembre de 2006 monté una página en internet para compartir con cualquiera algunos de los recursos que he creado o encontrado por allí. Mi sitio tiene:

- siete videos originales (aproximadamente una hora en total)
- mis artículos, antologías, controversias, y narrativas
- links a sitios, foros interactivos, estudios e investigaciones, blogs, revistas, videos de décima
- fotos y grabaciones de sonido

El sitio se encuentra en la siguiente dirección:
http://www.deciman.blogspot.com/

Pasmanick acompaña con sus garrafones de plástico a sus dos hijas en el festival de Villanueva de Tapia en 2006. Las presentó al público con la siguiente décima:

Hoy les traigo sensación:
algo nuevo y especial

porque el arte decimal
también vive en mi nación.
La nueva generación
he traído para aquí.
Yo tal vez les aburrí
con mis décimas prolijas
pero hoy cantarán mis hijas:
mi Natalia y Noemí.

Para comunicarse con Pasmanick vía email: rumberomenor@comcast.net

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