La infinitud de un techo
(Palabras de presentación de Techo infinito, Premio Décima Joven de Cuba 2005, durante
Quienes vaticinan la debacle de nuestra espinela no han prestado la debida atención, no se han detenido a observar desprejuiciadamente lo que sucede con la décima escrita en Cuba por las más jóvenes generaciones de poetas. La décima cubana no se ha ido a bolina, ni mucho menos. El decimario Techo infinito, que
Pedro Juan, en este su primer poemario publicado, hace galas de un dominio riguroso de las exigencias formales de la espinela, por esa razón puede, con la audacia propia de la juventud, emprender búsquedas para encontrar su propia voz, romper esquemas rígidos, avanzar con un discurso sólido y claro a la vez por el trillado camino de la poesía, adentrarse en los más disímiles temas y, sin renegar de quienes le han precedido en estos avatares, dejar su huella rimada y medida en la literatura cubana. Horizonte difícil, pero no imposible. Y lo más significativo es que este joven decimista no anda en solitario, sino que forma parte de un heterogéneo grupo de poetas que en la actualidad comparten las mismas aspiraciones.
Pedro Juan Medina, con su cuaderno Techo infinito, dividido en cuatro secciones donde encontramos décimas con diferentes métricas que abarcan desde el verso pentasilábico hasta el endecasilábico, pasando por el octosilábico perfecto, que nos hablan del hogar, de la familia, del erotismo, de lo social, el existencialismo y la filosofía (su filosofía), se hizo merecedor del Premio Décima Joven de Cuba en el año 2005, bajo la mirada hábil y escrutadora de Carlos Tamayo Rodríguez, Alejandro González Bermúdez y Alberto Garrido, tres eminentes escritores que conformaron el jurado en ese importante certamen convocado por
La décima en Cuba, como una forma estrófica más de la poesía, está segura, y seguirá estándolo mientras existan quienes la defiendan, quienes la protejan de las inclemencias de la historia y de las malas intenciones, brindándole su obra como un techo de incuestionable infinitud.
Quede como confirmación de lo antes dicho este poema, último del poemario:
LLAMADO A
A Pitágoras
La distancia más cercana entre dos puntos
es una línea recta que los une.
Pitágoras: su fórmula es inmune
a la inexactitud de otros asuntos:
a
b
c al cuadrado (los presuntos
protagonistas de un exacto esquema),
no quieren ser flexibles, tal problema
provoca el desamparo de la curva.
Maestro, reflexione, usted perturba
el orden.
La verdad no es un teorema.
Más información sobre este libro o sobre cualquier otro de
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