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sábado, marzo 03, 2007



Canto a Fidel,
de Carilda Oliver, cumple 50 años

En estos días iniciales de marzo se celebran 50 años del poema en décimas Canto a Fidel, escrito por Carilda Oliver Labra. La propia autora cuenta cómo esas estrofas se enviaron en el más profundo secreto a la Sierra Maestra, donde el Jefe de la Revolución dirigía la lucha armada contra la tiranía de Batista. Fue una verdadera odisea, cuyos pormenores relata Carilda en entrevista para el periódico Juventud Rebelde, firmada por los colegas Maritza Tejera y Hugo García, con los cuales puede contactar mediante la dirección email corresp@jrebelde.cip.cu


CANTO A FIDEL

No voy a nombrar a Oriente,
no voy a nombrar la Sierra,
no voy a nombrar la guerra
—penosa luz diferente—,
no voy a nombrar la frente,
la frente sin un cordel,
la frente para el laurel,
la frente de plomo y uva,
voy a nombrar toda Cuba:
voy a nombrar a Fidel.

Ese que para en la tierra
aunque la luna le hinca,
ese de sangre que brinca
y esperanza que se aferra,
ese clavel en la guerra,
ese que en valor se baña,
ese que allá en la montaña

es un tigre repetido
y dondequiera ha crecido
como si fuese de caña.

Ese Fidel insurrecto
respetado por las piñas,
novio de todas las niñas
que tienen el sueño recto.
ese Fidel —sol directo
sobre el café y las palmeras—,
ese Fidel con ojeras
vigilante en el Turquino
como un ciclón repentino,
como un montón de banderas.

Por su insomnio y sus pesares,
por un puño que no veis,
por su amor al veintiséis,
por todos sus malestares,
por su paso entre espinares
de tarde y de madrugada,
por la sangre del Moncada
y por la lágrima aquella

que habrá dejado una estrella
en su pupila guardada.

Por el botón sin coser
que le falta sobre el pecho,
por su barba, por su lecho
sin sábana ni mujer
y hasta por su amanecer
con gallos tibios de horror
yo empuño también mi honor
y le sigo a la batalla
con este verso que estalla

como granada de amor.

Gracias por ser de verdad,
gracias por hacernos hombres,
gracias por cuidar los nombres

que tiene la libertad...
gracias por tu dignidad,
gracias por tu rifle fiel,
por tu pluma y tu papel,
por tu ingle de varón.
Gracias por tu corazón.
¡Gracias por todo, Fidel!

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