Canto de Odiseo
a Penélope al llegar
a la Ítaca real
después de muchos
errados desembarcos

Del libro Donde dice primavera y es otoño,
de Pedro Péglez González,
Premio de décima en los V Juegos Florales
de Matanzas, próximo a ver la luz
por Ediciones Matanzas

Llego hasta ti peregrino
del viento y de las doncellas
De polvo —polvo de estrellas—
me cubrió todo el camino

Vengo hasta ti —grave sino
de llegar siempre después—
Traigo fruncidos los pies
de tanto mar tantas naves
tantos peces tantas aves
tantas vueltas al envés
de la brújula
En la barca
fui el capitán y el galeote
los alisios el brisote
el salvamento y el arca
el relámpago que enarca
la penumbra
A cuánto puerto
me dio el derrotero incierto
Cuánta Ítaca confundida
Cuánta Penélope urdida
por la fiebre del desierto

Y tú —preámbulo de nube—
tejías y destejías
tu espejo azul
Suponías
que estuve cuando no estuve
y con la aguja que sube
ascendías a Morfeo
tu incienso
Cuánto el aqueo
entre tu mar se hizo espuma
Cuánto el agua se hizo bruma
y no aparecía Odiseo

Calígine
Ni Caronte
conduciría el trirreme
entre esta niebla
Pues heme
aquí sobre tu horizonte
Estoy a tu pecho
Ponte
el ala el rubor la mies
del primer trigo los pies
más niños para mi beso

Dilo a Ítaca: soy tu preso

Desteje el chal de una vez