
Precisamente de la poesía en décimas, de la que Waldo ha siempre un cultivador amoroso y un defensor consecuente, traemos aquí algunas de las incluidas en El sepia de la nostalgia.
PERFILES
Para Miriam Ramos y Raquel Hernández,
Anaís Abreu, Vania Borges y Osdalgia Lesmes,
Alberto Falla y Lázaro García.
Debo fingir que existen esas cosas.
Debo fingir que en el pasado fueron
esas cosas tan tristes, tan hermosas
—tal dice la canción— que perecieron...
pero es falso, pues sí permanecieron.
El tiempo fue limando los perfiles
de las cartas y los rostros amados,
que en la música, suaves y sutiles,
emergen, como siempre, deslumbrados
entre los fieros sueños más soñados.
TERESA DE
A Teresita Fernández
Sueño que vuelve de antaño;
fiero esplendor de la rosa;
magia en yagruma amorosa,
toda verdad contra engaño.
Sol en el musgo: peldaño.
Piedra y guitarra: belleza
de honda y oscura fijeza.
Ritmo que vibra y se trunca,
canto de siempre y de nunca.
Vida como himno: Teresa.
REPENTISTA
Esther Trujillo y Francisco Henríquez
Versador conversador
que reúnes en tu verso
el anverso y el reverso,
lo mayor y lo menor:
es tu canto, cantador,
catador encanto de
imaginería que
pincha y corta, pica y vuela
—aguijón, picazo, muela—,
y sueña al Cucalambé.
PAÍS
Tan cercano está el país,
el país que llaman vida,
la vida, pura estampida,
estampida de raíz,
raíz ya sueño, matriz,
matriz de toda razón,
razón y verdad: pasión,
pasión que resurge en todo,
todo se va con mi modo,
el modo de esta canción.
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