Por Pedro Péglez González
Foto: Tamara Gispert
Hoy se cumple un año de que nos falta el poeta del pueblo cubano, la figura más significativa de la décima cubana en el siglo XX, Jesús Orta Ruiz, El Indio Naborí (30 de septiembre de 1922 - 30 de diciembre del 2005). Pero a esa dura realidad se sobreimpone otra, que me reveló un amigo en los días iniciales de este 2006, en pasaje que, como prefacio a un libro mío próximo a aparecer en tributo al cantor, relaté de este modo:
-Ahora Naborí es inmortal -me dijo Jorge Lozano, historiador y martiano fervoroso,
y a quien no veía desde mucho antes de la desaparición física de ese padre común que fue, es y será siempre Jesús Orta Ruiz.
Y añadió:
-Si hay un cielo, y alguien recibe a los que llegan a él, a Naborí no puede
haberlo recibido otro que no fuera José Martí.
Por eso nos acompaña siempre, como nos acompaña el Apóstol, y en estos días dedicaría algunos versos a Fidel en su cumpleaños 80, y al aniversario 48 de
Y como no podrá entregarnos versos nuevos, traemos en su nombre un sencillo texto poético suyo de los tantos que pudieran citarse para ejemplificar lo anteriormente dicho. Cantor testimoniante como fue, gustaba de recrear en versos no sólo los acontecimientos, sino además su significación. Así, en 1994, en ocasión de la participación de Fidel en
ESTAMPA HISTÓRICA
Muerto, pero siempre vivo
en el ideal mambí,
en Cuba José Martí
se vistió de verde olivo;
y ahora, junto al lomo altivo
de la andina cordillera,
para fundar una era
libre de yugo y acíbar,
no es extraño que Bolívar
se vista de guayabera.
Acceda al sitio web que, a propósito del cumpleaños 80 de Fidel, ha creado
http://www.fidel80aniversario.org/pages/index.html
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