LUIS CONVERSA
CON LAS PIEDRAS
Las piedras, tan aparentemente distantes del lirismo, son la sustancia poética con que amasa sus espinelas Luis Hernández Serrano (Calabazar,
Luis Hernández Serrano es periodista de larga trayectoria en el diario Juventud Rebelde, autor de varios libros de testimonio publicados, fundador del espacio cultural comunitario conocido como
DEFINICIÓN
1
Las piedras siempre perecen
solas, humildes, sin luces,
junto a las tumbas sin cruces
de hombres que desaparecen.
Las piedras calladas crecen
en la tierra carcomida,
como maldición sin brida
que busca un cuerpo sin alma.
Las piedras viven en calma
su muerte. ¡Mueren sin vida!
2
Las piedras son cierto lujo
de las circunstancias. Todas
son testigos de las bodas
de la noche y el embrujo,
del tiempo que las sedujo,
y hasta de la luz que nace.
Las piedras son un enlace
entre la selva y la aldea,
entre el amor que nos crea
y el odio que nos deshace.
3
De las piedras soy hermano
casi de sangre. Las quiero
como seres, las prefiero
cuando no cabe en mi mano
algún asunto inhumano,
cualquier secreto atrevido
o un dolor incomprendido
del que salimos ilesos:
¡Piedras serán nuestros huesos,
polvo y placer del olvido!
4
¿Las piedras qué religión
tienen para subsistir?
¿Qué dioses para vivir
de fe en la desolación?
¿Qué biblia, que adoración
les va nutriendo su estancia?
¿Qué Quijote, qué sustancia
les anima el abandono?
¿Qué voz tienen? ¿En qué tono
eternizan la distancia?
5
¿Se saben abandonadas
las piedras en el hastío?
¿Sufren por el desafío
que el azar en sus andadas
les dio? ¿Viven angustiadas
su muerte? ¿Piden al menos
algo al mundo? ¿Instantes llenos
de una voz que las consuele?
¿El dolor que ya no duele?
¿El contacto con los buenos?
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