LA HABANA
ME
Los poetas han cantado a esta ciudad a lo largo de toda nuestra trayectoria literaria. Los poetas nacidos en ella y los que han tenido por cuna otras provincias de Cuba y aun los que han abierto los ojos por vez primera en otros países.
Ofrecemos aquí décimas del libro inédito Donde dice primavera y es otoño, de Pedro Péglez González, nacido en Jesús del Monte, una zona también significativa en la historia de
PAN A
con ojos de yerbabuena.
Me aplaude. Aplaude la pena
de mármoles que desando
cada vez que lluevo. Cuando
me desangran los perfiles
del sol. Pero soy abriles
y me encamino a noviembre.
Disuelta flor unimembre
no puede oír mis candiles.
con labios de Prima Vera.
Y Nicolás desespera
por ver tanto verso blando
en este bastón de mando
fuera del tiempo. Ahora llueve
pero de otro modo leve
y brutal.
y el báculo se deslíe
en un reguero de nieve.
Su voz encoge los hombros
y yo busco en los escombros
un jardín de fuego. ¿Cuándo
apagó su llama el bando
azulado de septiembre?
¿No hay semilla que resiembre
su ojo verde de utopía?
Pero yo soy mediodía
y ya me cerca diciembre.
con serpentinas de diabla.
Desnuda sobre una tabla
de sándalo, asume el mando
de mi sexo. Va poblando
mi soledad de otro traje
de espejismos. Su equipaje
sin recato de sayuela
me va estrujando una estela
de seducción y de encaje.
con ojos de niña aviesa.
Mi semillero tropieza
con su bosque: Marlon Brando
no es el de entonces. Abando-
nada feliz da su unción
a mi asustada misión
de San Francisco de Asís.
(En el aire lleno mis
pulmones de Malecón).
Y ya no sé si soy Pan
o el fantasma de Tristán
de Jesús Medina. Un bando
real me anuncia el nefando
epitafio de la espera:
Magdalena de Junquera
decididamente ha muerto.
Y yo me fundo en el puerto
porque
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