

Juana García Abás: décimas de Circunloquio
Con su poemario Circunloquio, Juana García Abás mereció en el 2006 el Premio de Poesía Nicolás Guillén, el más alto galardón que se concede en Cuba a libros inéditos de poesía. El volumen ha aparecido ahora bajo el sello editorial de Letras Cubanas, con cubierta admirablemente ilustrada por el destacado artista plástico José Luis Fariñas, hijo de la autora.
El conjunto ha sido valorado de este modo por el también poeta e investigador literario Virgilio López Lemus: “Circunloquio se halla en la mejor tradición de la poesía culta cubana, de hondas raigambres del saber, devenida de Casal y Martí a Lezama y Baquero. La poesía cubana necesitaba un libro así. Juana García Abás se ha metido en el mundo de la matriz, en el diálogo con la eternidad, y ha elevado la poesía cubana coetánea a un nivel ahora inusitado y sorprendente”.
Juana García Abás, nacida en
En Circunloquio, poemario donde predomina la poesía en versos libres, la autora quiso sin embargo la presencia de la estrofa de diez versos, con el intenso y extenso poema titulado Décimas tercas, del cual ofrecemos una muestra.
DÉCIMAS TERCAS
(fragmento)
a Virgilio López Lemus
Bastión de dudas, misterio;
pasión, alma; basilisco;
vino, espadas, fuego: cisco,
animal de cementerio;
canción de cuna, salterio;
héroe, tirano, traidor
o mártir. Arte mayor
(o menor) -según aliente
su vibrar por las vertientes
del bien o el mal, y el amor.
Somos un pobre turbión
de este caótico artificio
-y esto ya se ha vuelto un vicio.
Más que un poema o una canción,
pareciera una adicción
que ni se cura ni mata.
Dime, ¿qué hacer?, si nos ata
esta rima retadora…
¡Porque ya es la timadora
que nos dora la barata!
II
Nace el hombre con su arbitrio
como un saco de amargura;
da un paso, y la sepultura
le amaga por todos lados
y hundido por estos vados
de arbitrarias pesadillas
arma villas y Castillas
para ascender desde lo hondo
y al final se ahoga en el fondo
de su Babel en astillas.
(Creo en un Dios sin compromiso,
sin mal ni fatalidad;
sin criterio, sin edad,
sin nada que lo conmueva:
ni tan siquiera Adán y Eva
con la serpiente, ni el Sol,
ni la sombra del crisol
hirviente en la podredumbre,
ni las lunas; ni la lumbre
del verbo, con su charol.)
Y el mal, ¿existe por ser
parte del amor divino,
que reparte su poder
en incógnitos destinos
como el del pan y el del vino,
o el del antes y el después?
-¿o es que acaso Dios es dios
por inmensamente bueno
(o es bueno por ser un Dios
que el mal y el bien concibió
y el merecimiento es menos)?
III
Sin Beatriz y sin Mercucio,
sin Hamlet y hasta sin Sancho
voy por camino tan ancho
que, de Quijote, ni el sucio
rocín ni bacía ni lucio
que hervir en bodas de amigo
tengo -y menos que un mendigo
tendré si sigo cantando
torpemente, como andando
sin Dios ni musa, contigo.
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