Premio Ala Décima 2006
Abdicación del silencio,
de Wencier Pérez Ricardo
En el sexto concurso nacional Ala Décima, correspondiente al año 2006, participaron 58 cuadernos procedentes de 12 provincias del país. El jurado, integrado por Roberto Manzano, Idel Rosa Velázquez y Karel Leyva, todos miembros del Grupo Ala Décima, otorgó entonces el primer premio a la obra Abdicación del silencio, de Wencier Pérez Ricardo, de Las Tunas.
Nacido en 1976 (el próximo domingo 15 de octubre, por cierto, cumplirá 30 años), Wencier es un joven valor de la poesía, formado en el taller literario de su apartado municipio de residencia, Jesús Menéndez. Su galardón sorprendió alegremente a los cultivadores de la estrofa, sobre todo en Las Tunas y en nuestro Grupo.
Como es habitual, el Grupo Ala Décima publicará, en modesta edición, un folleto con los versos de Abdicación del silencio. En su prólogo, con la firma de quien presidió el jurado, Roberto Manzano, Premio de poesía Nicolás Guillén 2005, se comenta lo siguiente:
“En Abdicación del silencio brota la décima en boga, con su impulso culto y sincopado. Es una escritura que exige músculos para la enunciación, que se despliega en sacudidas, y para la versificación que pauta esa enunciación entre telones, sacada ex-profeso de la escena (...)
“Con ello se alcanza, o se trata de alcanzar, que no sólo se sugiera el contenido -como corresponde al lenguaje oblicuo de la lírica-, sino que también se sugiera el continente, con lo que el poeta actual cubano aspira a lograr, a través de la décima, una fricción de índole artística que no puede suscitar en el verso libre y que en la nueva escritura decimística tiene singular apoteosis.
“No hay otra área de la poesía cubana de hoy donde haya tanta tradición en la ruptura, y tanta ruptura en la tradición. Como es obvio, el lector no avezado, o renuente a las desautomatizaciones, se desequilibra y pierde las nociones de disfrute y jerarquía.
“En Abdicación del silencio está todo ese fenómeno vivo -desconocido por la crítica, pues lo inexistente o prejuiciado no puede valorar- revelado y representado con dignidad y eficacia”.
Como de costumbre, presentamos un fragmento del cuaderno premiado.
PARA UNA EVA FRAGMENTADA
En etapa de lobos y gaviotas,
de artificios a rumbo de tormenta,
quién dirige mi lumbre,
quién lamenta
ser incienso del astro que derrotas.
Ana Rosa Díaz Naranjo
Tirano de secuelas confinadas
anduve en tu desliz.
Malva utopía
que no quiso ser flora, ni abadía
guardándose por ecos campanadas
de mi luz.
Y no quiso de estocadas
esgrimirse una fe desde mis rotas
costumbres del azar.
Aquellas cuotas
que se fueron sin voz al inventario
de mi ayer.
Mas dejaron un corsario
en etapa de lobos y gaviotas.
Sediento, inadaptado,
con el dorso
a punto de sus zarzas y sus gubias.
Yo no herí de intención donde diluvias
reproches.
Yo no anduve por tu escorzo
simulándote lienzos.
Fue mi corzo
desgaste el equívoco que ostenta
un invierno en nosotros.
El que renta
la cruz a lo que pude en tu balada
llegar a ser.
Mi otra Eva fragmentada
de artificios a rumbo de tormenta.
Mas ahora queda el sesgo en mi costado
resumiendo señales de tu luna.
Una alfombra tan gris,
inoportuna,
que deroga a mis sales lo invocado
en tu almohada.
Ese aroma rotulado
al ángulo viril que mi osamenta
tradujo en su costilla,
y que me alienta
zozobras de tu aliño en la memoria.
Después de tu telón y sin tu historia
quién dirige mi lumbre,
quién lamenta
este tropel de versos con que arrojo
mi silencio convicto y mi estandarte.
Ayer era tan dios, cómo cuidarte
el amén, -tu desnudo desalojo-.
Ayer era tan dios, cómo despojo
la distancia y el agua donde brotas
sin sed y sin arena entre las rotas
orillas de tu azul.
Seguir en veda
es un verso final, solo me queda
ser incienso del astro que derrotas.
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