Cuba Ala Décima

Sitio del Grupo Ala Décima. Director: Pedro Péglez González. Subdirectores: Modesto Caballero Ramos y Karel Leyva Ferrer. Corresponsales: Miembros y colaboradores del Grupo Ala Décima. Asistencia técnica: Belkis Amión. Biblioteca Ala Décima: Arístides Valdés Guillermo. Página Facebook: Alejandro González Bermúdez. (Visualización más aceptable por el navegador Mozilla Firefox)

domingo, agosto 27, 2006

RECUENTO

Premio Ala Décima 2005

Poema inconsciente, de Freddy Laffita









En el quinto concurso nacional Ala Décima, correspondiente al año 2005, participaron 125 cuadernos procedentes de todas las provincias del país. El jurado, integrado por María de las Nieves Morales, Leonel Pérez y Karel Leyva, todos miembros del Grupo Ala Décima, otorgó entonces el primer premio a la obra Poema inconsciente, de Freddy Laffita, de Las Tunas.

Nacido en 1971, Freddy es más conocido como trovador. Es uno de los cantautores más populares de la provincia tunera y se ha presentado en numerosos escenarios a lo largo y ancho de Cuba. El poeta indiscutible que es, se revela en los textos de sus canciones, y desde luego, en sus poemas, aunque en la publicación de estos haya tenido menos fortuna.

Como es habitual, el Grupo Ala Décima publicó, en modesta edición, un folleto con los versos de Poema inconsciente. En su prólogo, con la firma de quien presidió el jurado, María de las Nieves Morales, Premio Iberoamericano Cucalambé 2002, se comenta lo siguiente:

“No hay en Poema inconsciente devaneos estructurales, ni artificios. Tampoco las transgresiones formales que tanta frescura y originalidad aportan (aunque no en la totalidad de los casos) a la décima cubana actual. Freddy apuesta -y muy acertadamente- a la potencia explosiva de la palabra y propone una estampida de veinte décimas octosilábicas a puro pulmón, que contienen y desbordan al ser humano actual con todas sus miserias y esperanzas, sin necesidad de apelar a una envoltura más compleja. Abundan, sin sobrar y sin alardes de intelectualismo, las referencias culturales más diversas: al llamado del poeta acuden Whitman y Cellini, Judas y Vallejo, Dylan y Van Gogh, y una Virgen María tratada, al decir de Benedetti, “con irreverencia y gratitud”.

“Pero no importa si el lector conoce o no a profundidad estas referencias, por encima de ellas el verso sacude y estremece, desviste dolores y desgarraduras que nos parecen propios y nos levanta en vilo hacia la búsqueda interior de un mundo al cual pertenecer”.

Cuba Ala Décima ofrece a continuación las décimas iniciales y finales del texto entonces premiado.


POEMA INCONSCIENTE


No me rodee la gente.

Apague usted esa cruz.

Que me cuelguen de la luz.

Soy un paria. Escriba urgente:

yo quiero morir de frente

sobre la espalda del día.

Yo quisiera ser la fría

mañana que en París llueve.

Yo quisiera ser las nueve

y en los pechos de María

beberme la eternidad.

Quisiera sobrevivir

de pronto, reconvertir

el vino en agua, ciudad;

hacer de mi soledad

multitudes, o en defecto

ser el futuro perfecto

que se ha perdido en gramática.

Comprendan, pues, mi dramática

situación -sigamos recto-

y no me digan que hay cosas

prohibidas o en verso libre.

A quien de soñar me libre

le diré que hay caprichosas

verdades: yo he visto rosas

inútiles y jardines

donde lobos y delfines

respiran un mismo acento.

Allí vi a padre; iba lento

como dios a sus confines


(…)


dejarme crecer la barba

como los dioses, ser ágil

aunque el tiempo -el tiempo frágil-

olvide que soy la larva

del tiempo. Ya el mundo escarba

con una pezuña triste

en los roperos, existe

materialmente, se oxida,

tiene madre, dice vida;

la asume como quien viste

su primer último traje

mientras yo canto canciones

sin morir, sin más razones

que andar de paso en mi viaje

por las galaxias. ¡Qué ultraje

ser poeta! Pero os digo:

hay células en el trigo

que no os conocen, hay nuncas

inhóspitos, hay dos truncas

divinidades que sigo

temiendo, siempre temiendo

como debe ser. Por tanto

no he dicho nada -soy santo.

Sólo dije, resumiendo:

Oh, padre, me estoy muriendo.

Cuál es mi culpa si sé

que a nadie importa mi fe,

si sostengo el aire grácil

porque morir es tan fácil

pero escuchen: quiero que

no me rodee la gente.

Apague usted esa cruz.

Que me cuelguen de la luz.

Soy un paria. Escriba urgente:

yo quiero morir de frente

sobre la espalda del día.

Yo quisiera ser la fría

mañana que en París llueve.

Yo quisiera ser las nueve.

Y en los pechos de María.





Porque en mi ciudad hay pozos cerrados con recias llaves… Óleo sobre tela, 60 x 80 cm, de Carlos Rafael Vega, miembro del Grupo Ala Décima, inspirado en este texto y entregado al autor como parte del premio. Utilizado luego como ilustración para la portada del folleto publicado.





Carlos Rafael Vega (Ciudad de La Habana, 1968). Su obra ha recibido numerosos reconocimientos en salones de artes plásticas.



0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal

 
Blogalaxia Blogalaxia