Licenciado en Educación en la especialidad de Español-Literatura, se vinculó muy pronto, en la localidad capitalina de Guanabacoa donde vive, a su activísima vida literaria y en particular a la poesía, especialmente la concebida en décimas, en la cual desarrolló aptitudes tanto para la escritura como para la oralidad. De manera que se trata de uno de los escasos decimistas que cultivan por igual la décima escrita y el repentismo, con talento igual para levantar el aplauso del público en una canturía, como para merecer -como mereció- la decisión de un jurado en certámenes de escritura como el Décima Joven o el Angelito Valiente.
También en la poesía en versos libres se desenvolvió Giraldo tempranamente: Con 18 años (1988) alcanzó el Premio Luis Rogelio Nogueras, y en 1996 el Pinos Nuevos, a resultas del cual fue publicado su poemario En el nombre del padre.
En el prólogo a Mi carne cruda, publicado por el Grupo Ala Décima al año siguiente en humilde folleto, se comenta que, con estos textos, “Segura nos brinda un fresco citadino de fuerte aliento existencial, donde las desgarraduras cotidianas se trenzan con las heridas de un amor escapado hacia otros derroteros, todo en un conjunto de vibraciones estremecedoras que recorren las 15 décimas apresadas en tres poemas, para las cuales prefirió el tradicional metro octosilábico, urdidas con delectación escritural y sin más influencia de su ejercicio repentista que la fluidez de arroyo con que va por asfalto y adoquines”.
Tras la obtención de este galardón, Giraldo se integró como miembro al Grupo Ala Décima, y actualmente se desempeña en actividades de coordinación de su filial en el municipio de Guanabacoa.
De Mi carne cruda, ofrecemos uno de sus poemas, precisamente el que da título al cuaderno.
carne cruda
…y habrá el podrirse
de la carne de uno.
Zacarías 14:12
domingo. (¿máscara?) espejo
que da vueltas en mi cuarto.
entre paredes reparto
mis uñas. César Vallejo
es el cristal y el reflejo
que ante mi piel se desnuda.
yo no. yo soy una duda
que ya ha cumplido los 30.
domingo. no me doy cuenta
de que mi carne está cruda.
lunes. despierto temprano
-6 en punto de los huesos-
me estiro. tengo tropiezos
burdos con mi ser humano.
mis ojos desde una mano
ruedan al piso (en el piso
son otros) sensibilizo
mi carne y salgo hacia el lunes
a mirar rostros comunes
que pasan sin previo aviso.
martes. camino. soy dos
-carne trenzada en el susto-
desgarro el aire por gusto
pues de él no sale tu voz.
y ¿si estás en el adiós
quién te adivina? yo ausente
me bifurco entre la gente.
no estás. no eres carne mía.
como si a espaldas del día
tuvieras un continente.
miércoles. un pan al hombro
atraviesa centrohabana.
(silban los ojos) la humana
multitud -como un escombro
de moscas- cede al asombro.
un pan al hombro atraviesa
los solares. (alguien reza
un padre nuestro) nos duele
este miércoles que huele
a pan fuera de la mesa.
jueves. presiento que el jueves
muero en parís. sin embargo
parís no existe -es un largo
padecimiento. te atreves
(me digo a mí mismo) mueves
tu carne al atrevimiento
de morirte. con tu aliento
se alimenta una ciudad
en short que fuma a una edad
nocturna y sin documento.
viernes. noche. me disfrazo
con tu carne. me preguntas
si mi ser tiene otras puntas
si estas puntas te hacen caso.
noche me has comido el brazo
con tu sexo. me atosigo
embriagándome en tu ombligo
de tanta ciudad. sucede
que me hundo en ti -como puede
ser el orgasmo un castigo.
sábado. todos han muerto
tras un escándalo mudo.
(nadie respira) estornudo
desde la noche. por cierto
¿soy un cadáver despierto
o un fantasma que estornuda?
y los otros ¿son la viuda
eternidad o los seres
que penden como alfileres
de su propia carne cruda?
Portada del folleto publicado. La ilustración es reproducción de la obra al óleo La calle Genio, del pintor Carlos Rafael Vega, también miembro del Grupo Ala Décima, inspirada en los textos de Mi carne cruda y entregada a Giraldo en la premiación del primer concurso, como parte de su premio.
1 Comentarios:
A la/s 9:22 p.m., isbel dijo...
Bravo!!!
Buen poema del hermano Segura. Pienso que es muy buena la idea de ir publicando parte de los trabajos ganadores en las pasadas ediciones del Ala Décima. Eso permitirá que la gente pueda corroborar la calidad de las obras que se presentan a concurso, así como el buen tino del jurado que selecciona los ganadores.
Muchas veces sucede con los concursos literarios (dentro y fuera de Cuba) que están cubiertos por una extraña niebla de incertidumbres, recelos, desconfianzas. Este paso dado por nuestro amigo Péglez otorgará una transparencia aún mayor al Ala Décima, y tapará la boca a algunos escépticos (o malintencionados, para llamarlos por su nombre).
Un abrazo a los amigo de la décima y me pregunto cuándo tendremos en estas páginas un artículo críticos acerca de las jornadas cucalambeanas, que tan al margen dejan a la décima escrita en sus promociones.
Saludos
Isbel Díaz
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